KÉNOSIS

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50 aniversario de muerte del Beato Santiago Alberione

Autor: 
Rafael Espino
Fuente: 
Kénosis

Este mes de noviembre (2021) la Familia Paulina celebra el 50 aniversario de la muerte del apóstol de los medios de comunicación: el Beato Santiago Alberione, quien partió a la casa del Padre el 26 de noviembre de 1971.

Fue el mismo Papa Pablo VI quien le realizó una visita privada en el momento de su agonía. Sí, ese mismo Papa quien había pronunciado unas formidables palabras al Fundador de la Familia Paulina el 28 de junio de 1969, en el marco del Capítulo General de la Sociedad de San Pablo:

“Helo allí: humilde, silencioso, incansable, siempre alerta, siempre recogido en sus pensamientos, que van de la oración al trabajo (según la fórmula tradicional: ora et labora), siempre atento a escudriñar los signos de los tiempos, es decir, las formas más ingeniosas de llegar a las almas. Él ha dado a la Iglesia nuevas herramientas para expresarse, nuevos medios para dar vigor y amplitud a su apostolado, nueva capacidad y nueva conciencia del valor y de las posibilidades de su misión en el mundo moderno y con medios modernos…”

Sin duda, hoy día el Beato Santiago Alberione es uno de los apóstoles más creativos del siglo XX. Nació en San Lorenzo di Fossano (Cuneo, Italia) en 1884. Vivió la experiencia decisiva de su existencia la noche del 31 de diciembre de 1900, cuando rezó durante cuatro horas ante el Santísimo Sacramento: una “luz particular” vino de la Hostia y desde ese momento se sintió “profundamente obligado a hacer algo por el Señor y por los hombres del nuevo siglo”. Visión que se hizo más clara poco después de su ordenación sacerdotal, que tuvo lugar en 1907, cuando comprendió que el Señor lo guiaba a predicar el Evangelio a todos los pueblos, en el espíritu del Apóstol Pablo, utilizando medios de comunicación modernos.

Fue en 1914 cuando el Padre Alberione inició la “Familia Paulina” con la fundación de la Pía Sociedad de San Pablo, congregación religiosa formada por sacerdotes y hermanos (llamados Discípulos del Divino Maestro) que se empeñan en la difusión del Evangelio, utilizando los medios que la tecnología pone a disposición del hombre para comunicar.

La gracia divina siempre estuvo con él. Y es que los institutos que fundó (diez en total) abarcaron gradualmente el mundo entero. Hoy reconocemos los frutos de su gran obra en las numerosas editoriales, las cadenas de librerías, los centros culturales y litúrgicos, las radiodifusoras, las televisoras, y todo el cúmulo de audiovisuales ligados al apostolado paulino: justamente lo que une a los miles de hombres y mujeres que pertenecen a los queridos Institutos de la Familia Paulina.

Vivió 87 años. Cumplida la obra que Dios le había encargado, el 26 de noviembre de 1971 (estando en la ciudad de Roma) dejó la tierra para ocupar su sitio en la Casa del Padre. San Juan Pablo II lo proclamó beato el domingo 27 de abril de 2003.

¡Pidamos su intercesión y su ayuda, especialmente en el apostolado de las comunicaciones sociales!