¡Acepta este día!

¡Acepta este día, venga como venga, sea como sea! Cada día es parte de la larga aventura de tu vida en esta tierra, y cada jornada tiene su sentido y su valor. Si todos los días fueran sólo alegría tu vida sería de un solo color.

Para que vivas en este mundo una experiencia completa, esa que Dios quiere que vivas para tu maduración, entonces tendrás que pasar días muy diferentes: días duros, días tristes, días tensos, días aburridos, días de temor, días de arrepentimiento, días vacíos, días sin aparente sentido. Y tendrás que aceptar también vivir días de descanso, de placer, de gozo, de amistad, de fecundidad…

Acéptalos a todos, no rechaces ninguno de esos días, no pienses que alguno ha sido inútil por más negro que te parezca. Si te dejas llevar por el Espíritu Santo, y te entregas a cada día así como venga, cada jornada dejará en ti alguna enseñanza misteriosa. Entonces cada día te irá llevando a cumplir el proyecto de Dios en ti, y crecerás como persona, y caminarás a la santidad.