KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

Algunas notas acerca del sacramento de la Reconciliación

Autor: 
Redacción
Fuente: 
La Croix (ESP)

Sin embargo, la posibilidad de pecar y cometer una falta grave existía siempre, ¡incluso después del Bautismo! La joven Iglesia autorizó entonces una ceremonia pública de reconciliación, llamada el segundo bautismo. Sólo podía tener lugar una vez en la vida. Y las exigencias de la penitencia eran tales (el obispo los ponía en cuarentena) que muchos cristianos esperaban el momento de la muerte para pedir el Bautismo. Esto duraría oficialmente hasta el siglo VI.

Las peregrinaciones, llamadas de reparación

Poco a poco, el gran rigor del ritual se fue humanizando. Gracias a la intervención de los monjes misioneros irlandeses, que inventaron la “penitencia tarifada”. Según la gravedad del pecado, la penitencia variaba. Paralelamente, las peregrinaciones, llamadas de reparación, y las devociones en los monasterios se fueron desarrollando. 

Apareció la “conmutación”. Este término, un poco bárbaro, precisa que una pena imposible de cumplir se puede compartir con un tercero mediante una compensación o haciendo un donativo a la Iglesia. Es el principio de la simonía(venta de bienes espirituales) y el que podía ofrecer una penitencia o un penitente en su lugar era un privilegiado.

Por supuesto, este sistema será muy controvertido. Habrá que esperar al final de la Edad Media para constatar las primeras señales de un cambio.

La confesión, un rito individual y privado

A partir del siglo XIII, la Confesión empezó a hacerse de modo individual y privado. Podía hacerse varias veces en la vida. El IV Concilio de Letrán (1215) fijó las reglas de este sacramento (aún en vigor). Pide a todos los cristianos que se confiesen y comulguen por lo menos una vez al año, en Pascua, debido al festejo de la Resurrección.

En el siglo XVI, el Concilio de Trento luchó contra la reforma protestante defendiendo el sacramento y la confesión individual. 

De la confesión al sacramento de la reconciliación 

En 1973, el Concilio Vaticano II aportó nuevos componentes al sacramento. Para celebrar la Penitencia y la Reconciliación, se reconocen cuatro ritos: 1)la reconciliación individual, b)la celebración comunitaria con confesión y absolución individuales, c)la celebración comunitaria con confesión y absolución colectivas y d)las celebraciones penitenciales no sacramentales. 

Recordemos que estas últimas se reservan a los casos de grave necesidad. Por ejemplo, cuando una gran asamblea desea confesarse y el número de confesores es insuficiente. Para las faltas graves, el cristiano deberá dirigirse después a un sacerdote. Por último, los pasos de la celebración son bien precisos: saludo, liturgia de la Palabra, confesión del amor de Dios al mismo tiempo que el pecado y recibimiento del perdón de Dios para ser sus testigos.