KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

Domingo Mundial de las Misiones

Autor: 
Tomas Muro Ugalde
Fuente: 
RD

Celebramos hoy el clásico día del DOMUND, día de las misiones.

En este día celebramos el gozo del Evangelio, y nos sentimos solidarios con las comunidades cristianas en misión. Además, nos recordamos a nosotros mismos el compromiso de comunicar, de transmitir esa Buena Noticia que es el Evangelio.

Eu-angelion: “la Buena Noticia”

El punto de partida en la vida cristiana es el Evangelio, la Buena Noticia de Jesucristo. El Evangelio es salvación. La salvación no es una doctrina que se da en un libro, sino la experiencia de sentirse amado por Dios. Decía el Papa Benedicto XVI: “Somos salvados cuando tenemos la vivencia de sentirnos definitivamente amados, suceda lo que suceda”.

El Evangelio del Señor es una alegría (salvación) no una carga, un “peso muerto”, una amenaza, una un sistema legal o cultural, mucho menos una culpabilidad. Si lo que llamamos cristianismo (o religión o Iglesia) no nos causa serenidad, sentimientos de bondad, esperanza, entonces no es el Evangelio del Señor ni es cristianismo, sino un “subproducto religioso”.

Misión: hermosa tarea eclesial

La misión ha estado siempre presente en la conciencia de la vida eclesial. Jesús inició esta actividad cuando envió a los suyos a predicar y a expulsar demonios. A ello sumemos el gran papel que ejerció San Pablo, el apóstol que no perteneció a los Doce, pero que, una vez elegido por Jesús en el camino a Damasco, se convirtió en el más grande evangelizador. De ello tenemos testimonio en sus tres largos viajes misioneros por los pueblos del Mediterráneo.

Siempre, más o menos, ha habido misioneros en la vida eclesial. Recordemos el gran movimiento misional a partir del siglo XVI: los jesuitas, los franciscanos, los dominicos. Recordemos las congregaciones misioneras que nacen en el siglo XIX: los Padres blancos, los Combonianos, la Consolata, etcétera (…).

Sea como fuere, el Evangelio tiende a comunicarse, porque es un bien en sí mismo. Las personas y los pueblos hemos de comunicar lo que para nosotros es bueno y valioso. Es lo que en el mundo de la educación (pedagogía) llama socialización. Todo pueblo transmite lo que para él es valioso: su cultura, su idioma, sus creencias, sus mitos, su fe, etcétera.

Hoy en día la cosa está un poco bronca con la cuestión de si se enseña o no religión en la escuela. Si se duda y discute es porque el Evangelio no es ya un valor para gran parte de nuestro pueblo.

Surge entonces la siguiente pregunta: “¿Y por qué no es un valor?” ¿Quizás porque en vez del Evangelio de la bondad de Dios hemos degenerado en la comunicación de una doctrina fría y unos ritos sin significado? Quizás es que no transmitimos Evangelio, sino un entramado doctrinal-normativo lejano al Evangelio del Señor.

Misionar es anunciar la bondad y la misericordia del Señor. El Papa Francisco habla con alguna frecuencia de curar heridas y siempre habla de misericordia.

El Evangelio cura, sana la vida, sobre todo las zonas y momentos de enfermedad, de debilidad. Y cura no a bofetadas, sino con misericordia (…).

Solidaridad con las iglesias

Con frecuencia evocamos y oramos por las misiones en nuestra Eucaristía. Seamos solidarios también en la fe con tantas comunidades extendidas por toda la tierra. Hagamos oración por las pobres comunidades africanas atendidas por un simple catequista. Por esas comunidades que no tienen sacerdotes, pero que tienen Evangelio y tienen fe.

Tengamos en mente también a las comunidades en Latinoamérica alentadas por el espíritu de un modo eclesial vivido desde los pobres, con el testimonio de tantos mártires. De ello tenemos testimonio certero, y lo corroboramos con la reciente canonización de Óscar Romero y de Pablo VI, quienes dieron un grande “aliento vital” a la actividad misionera.

Pidamos por las comunidades del lejano Mundo Oriental, en cuyas tradiciones y religiones existe la semillas de la Palabra.

Este día misional seamos solidarios en la fe y en la caridad. Y demos gracias a Dios por el Evangelio que hemos recibido y que guía nuestra vida.