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Entrevista al Card. Felipe Arizmendi: “El Papa nos llama a la fraternidad”

Autor: 
Erick Morales R.
Fuente: 
LFC-México

Cardenal Felipe Arizmendi, muchas gracias por su tiempo y por conceder esta entrevista a la revista La Familia Cristiana. Este mes de octubre (2021) se cumple un año de publicación de la encíclica Fratelli tutti y, por tal motivo, queremos conocer sus reflexiones sobre algunos temas que el Papa Francisco ha ponderado en este texto, mismos que nos parecen esenciales para edificar sociedades fraternas y solidarias.

1. A través de la Fratelli tutti, el Papa Francisco nos invita a convertirnos en “el buen samaritano”, es decir, a que no dudemos en hacer el bien a nuestro prójimo sin importar quién es, cuál es su origen o cuáles son sus ideas. En ese sentido, ¿cuáles son las claves de interpretación (o de lectura) de esta encíclica escrita por el Santo Padre?

Cardenal Felipe: En primer lugar, el Papa parte de nuestra fe en un solo Dios, Padre de toda la humanidad, y de nuestra fraternidad en Cristo, por obra del Espíritu. La misión de la Iglesia no es centrarse en sí misma, sino, a partir de esa fe trinitaria, esforzarnos por construir una fraternidad mundial, nacional y local. En segundo lugar, el Papa nos insta a conocernos, dialogar entre nosotros, para descubrir lo bueno que tienen los demás, para ponernos en su lugar y comprender lo que piensan y viven. En tercer lugar, educarnos para ser constructores de paz, y no limitarnos a ver pasar los problemas y desentendernos de ellos, porque esa actitud es autodestructiva.

2. En Laudato si’ el Papa Francisco nos invita a buscar otras maneras de entender la economía y el progreso para contrarrestar la “cultura del descarte”. ¿Qué encontramos en Fratelli tutti para construir sociedades más incluyentes?

Cardenal Felipe: La economía es un factor muy importante en la vida, tanto a nivel personal, como nacional y mundial; pero hay una economía egoísta, centrada en el mayor logro de ganancias y de dinero para sí y para el grupo. Esta economía mata, destruye, excluye, descarta y se hace culpable de guerras. Por tanto, el Papa insiste en buscar otro tipo de economía y de progreso, que se basen en la fraternidad, en la solidaridad, en la persona humana, y no en el dinero. Es un llamado que las grandes economías no toman en cuenta, pero sí se van dando pequeños pasos en economías solidarias a nivel local, sobre todo en comunidades rurales e indígenas. Sí es posible otro tipo de economía y de progreso, en base a la solidaridad social.

3. Alrededor del mundo los últimos años han sido muy convulsos debido, en gran medida, al deseo de poder de diversos líderes populistas quienes no han sabido resolver las problemáticas que afectan a sus sociedades. Como ciudadanos, ¿de qué manera podemos colaborar para alcanzar “una política al servicio del bien común”?

Cardenal Felipe: El Papa Francisco dedica un amplio espacio a la política, como una forma privilegiada de construir otra humanidad. Insiste en otra política que no sea sólo un campo de batalla, donde unos a otros se destruyen, con tal de lograr el poder, sino que sea una búsqueda compartida por soluciones a los problemas de la sociedad. Es una altísima forma de caridad; es un camino de santidad, si se hace por amor al prójimo. Insiste en redimir la política, para que sea un factor de humanidad global. Hay que educar y educarse para la buena política.

4. Otra crítica que realiza el Papa Francisco es que la polarización social e ideológica provoca que los matices se pierdan y que exista una constante confrontación sin tregua donde pocas veces hay espacio para el diálogo. ¿Cómo fomentar un verdadero diálogo que beneficie a la sociedad en su conjunto?

Cardenal Felipe: Tanto en Fratelli Tutti, como en Amoris laetitia, el Papa le da mucha importancia al diálogo, como un elemento fundamental para conocerse, para valorarse, para respetarse, para tomarse en cuenta, para trabajar juntos por el bien común. La educación y la formación para este diálogo empieza en la familia, donde los esposos se escuchan, se respetan, analizan los problemas y juntos buscan soluciones; de esta forma, los hijos aprender a dialogar, viendo a sus padres que lo hacen. Si los esposos no dialogan, sino que siempre están en peleas, eso lo imitan los hijos y aprenden a imponerse, no por la verdad y el amor, sino por la fuerza de sus palabras duras y por la violencia.

5. Ante la presente cultura individualista que nos hace insensibles al sufrimiento de los demás, el Papa Francisco subraya la necesidad de implementar una “amistad social” con la que nos pongamos en el lugar del otro y con la que lo reconozcamos como igual. ¿Cuál es la importancia de implementar estos lazos de amistad?

Cardenal Felipe: La amistad social se empieza también en la familia, cuando los esposos y los hijos saben convivir no sólo entre sí, sino que conviven con otros miembros de la familia, con el barrio o la comunidad, cuando se preocupan por lo que pasa y procuran aportar algo para el bien comunitario. La escuela y la parroquia son lugares también de educación para esta amistad social, porque se convive con otros que piensan en forma diferente; se aprende a tomarlos en cuenta y no considerarse a sí mismo como la única persona que sabe todo y que todo lo puede. 

6. Una de las grandes problemáticas de nuestro tiempo es el fenómeno de la migración, pues pocas veces se atienden las razones que obligan a las personas a dejar su lugar de origen para buscar un mejor futuro. ¿Cómo hacer realidad la invitación que nos hace el Santo Padre para superar las diferencias étnicas y mirar desde otra perspectiva el fenómeno migratorio?

Cardenal Felipe: Esto también se aprende en familia y en las parroquias, cuando los papás y los párrocos educan en el respeto a los migrantes, en la apertura para atenderles, aunque sea con un vaso de agua; cuando no se les desprecia, ni se les teme, sino que se les procura ayudar en la medida de lo posible.

7. El mundo moderno también ha dado cabida a la diversidad en varios ámbitos, y las religiones no son la excepción. Un ejemplo es nuestro Continente, donde ha aumentado el número de credos y movimientos religiosos. ¿Cómo llevar a cabo un diálogo interreligioso que fomente la construcción de la fraternidad y la defensa de la justicia social?

Cardenal Felipe: En Chiapas, tuve oportunidad de ser miembro del Consejo Interreligioso, en que tomábamos parte los obispos de allá y los líderes de las principales religiones protestantes. Aprendimos a dialogar, a orar juntos, a respetarnos, a conocernos, valorarnos, y sobre todo a trabajar juntos por la paz social en Chiapas, por las familias y los jóvenes, por la reconciliación en las comunidades. Tenemos que unirnos, no para discutir temas doctrinales, sino para trabajar juntos por el bien de nuestras comunidades, a partir de las necesidades sentidas.

8. Los Pueblos originarios muchas veces son excluidos porque no se ajustan a la idea capitalista de “progreso”, sin embargo, no entendemos que ellos tienen su propio concepto de esta palabra. Desde su experiencia pastoral, ¿cómo debe ser el diálogo con estos Pueblos, en particular de América Latina, para caminar juntos por el sendero de la fraternidad?

Cardenal Felipe: Una actitud fundamental es respetarlos, y para ello, conocerlos y valorarlos. Si seguimos despreciándolos, como si fueran ignorantes y atrasados, nunca descubriremos sus grandes valores personales, familiares, sociales y religiosos. Debemos acercarnos a ellos con respeto, escucharlos con mucho cariño y mucha paciencia, tomarlos en cuenta y valorar sus culturas, sus formas de ser y de relacionarse con los demás, con la naturaleza y con Dios.

9. Finalmente, Cardenal Felipe Arizmendi, a un año de la publicación de Fratelli tutti, ¿qué retos tenemos por delante como católicos para atender este llamado a la fraternidad y la solidaridad que nos hace el Santo Padre?

Cardenal Felipe: Es muy necesario leer ésta y otras encíclicas del Papa, porque el Espíritu Santo nos va guiando por medio de los pastores que pone al frente de su Iglesia. Muchos no leen estos documentos, y por ello van por otros caminos, por otros criterios, centrados más en su yo que en la comunidad. En segundo lugar, revisar cuáles de nuestras actitudes van por cauces distintos a los que señala en Papa, en este documento y en tantos otros. Desde luego, la base es la Palabra de Dios, pero el Magisterio eclesial está al servicio de la Palabra, para que la apliquemos a las realidades actuales. Un gran servicio a la humanidad es difundir estos documentos y esforzarnos cada quien por ponerlos en práctica.

Por: Erick Morales Romero (revista "La Familia Cristiana").