KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

"Fiesta de la Candelaria"

Autor: 
Red. catholic.net / Kiev Murillo
Fuente: 
catholic.net / aboutespanol.com

Origen de la fiesta

Esta costumbre tiene su origen en la celebración litúrgica de la fiesta de la purificación y la presentación del Niño Dios al templo.

En tiempo de Jesús, la ley prescribía en el Levítico que toda mujer debía presentarse en el templo para purificarse a los cuarenta días que hubiese dado a luz. Si el hijo nacido era varón, debía ser circuncidado a los ocho días y la madre debería permanecer en su casa durante treinta y tres días más, purificándose a través del recogimiento y la oración.

Ya que se cumpliera la fecha, acudía en compañía de su esposo a las puertas del templo para llevar una ofrenda: un cordero y una paloma o tórtola. Con respecto al niño, todo primogénito debía ser consagrado al Señor, en recuerdo de los primogénitos de Egipto que había salvado Dios. Lo mismo pasaba con los animales primogénitos.

José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén. Como eran pobres, llevaron dos palomas blancas. Al entrar al templo, el anciano Simeón, movido por el Espíritu Santo, tomó en brazos a Jesús y lo bendijo diciendo que Él sería la luz que iluminaría a los gentiles. Después, le dijo a María que una espada atravesaría su alma, profetizando los sufrimientos que tendría que afrontar.

Lo simbólico de la celebración

El día 2 de febrero de cada año, se recuerda esta presentación del Niño Jesús al templo, llevando a alguna imagen del Niño Dios a presentar a la iglesia o parroquia. También ese día, se recuerdan las palabras de Simeón, llevando candelas (velas hechas de parafina pura) a bendecir, las cuales simbolizan a Jesús como luz de todos los hombres. De aquí viene el nombre de la “Fiesta de las candelas” o el “Día de la Candelaria”.

En México, se acostumbra que aquellos a quienes les tocó el muñeco de la rosca de reyes, son los que deberán presentarlo en el templo el día de la Candelas. Para esto, hay que vestirlo y engalanarlo. También, comprarle un trono para sentarlo. En esta celebración se bendicen la imagen del Niño Dios y las candelas, que representan la luz de Cristo en los hogares. Las velas benditas se pueden prender cuando surjan las dificultades de la vida durante el año.

Día de la Candelaria en el México

Los antecedentes de esta festividad, tal cual la conocemos en nuestro país, se remontan al siglo X en Tenerife, España.

Cuando la festividad en honor a la Virgen de la Candelaria fue traída a México  la mezcla entre la cultura indígena y española la dotó de rasgos culturales muy característicos que la distinguen de las realizadas en otras partes del mundo.

Por ejemplo, el 2 de febrero coincide con el que solía ser uno de los días rituales más importantes dentro del calendario mexica, en el cual se hacían ofrendas a los “tlaloques”, nombre de los ayudantes mitológicos del dios Tlaloc que se encargaban de esparcir la lluvia sobre la tierra.

En dichas ofrendas siempre estaba presente el maíz, principal nutriente de las culturas prehispánicas, no sólo desde el punto de vista físico, también desde la perspectiva espiritual.

Debido a este antecedente se cree que la costumbre de comer  tamales el Día de la Candelaria está relacionada con las antiguas ofrendas prehispánicas en la que se colocaban tamales a los dioses para que no faltaran las cosechas.

La tradición de los tamales y el atole

Aunque los tamales son consumidos todo el año por los mexicanos, el Día de la Candelaria es muy común ver los expendios y puestos de tamales abarrotados. Por lo regular, cada región del país tiene su propia receta de tamal, entre los más populares están aquellos envueltos en hoja de plátano, oriundos de los estados sureños de México y, por supuesto, los típicos tamales envueltos en hoja de maíz.

Los rellenos del tamal son salados o dulces, así, se pueden saborear los de mole, salsa verde, mariscos, pasas, piña, cochinita pibil, pescado, queso con rajas de jalapeño, frijol, pollo adobado y toda una lista interminable de ingredientes que le abren el apetito a cualquiera.

Con tanta historia, sabor e identidad culinaria, no hay quien se resista a un desayuno o cena de tamales  el Día de la Candelaria, acompañándolo con atole caliente, la bebida por excelencia para maridar este manjar. 

Jornada Mundial de la Vida Consagrada

Por último, hemos de mencionar que el día 2 de febrero la Iglesia también celebra “La Jornada de la Vida Consagrada”. Dicha celebración tuvo lugar por primera vez el 2 de febrero de 1997, con el objetivo ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos.

En el marco de la Presentación de Jesús en el Templo, la Iglesia invita a reflexionar sobre la misión de la vida consagrada en el presente y en el futuro. En la exhortación apostólica post-sinodal Vita consecrata, publicada en 1996 por Juan Pablo II, escribía: “En realidad, la vida consagrada está en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión, ya que «indica la naturaleza íntima de la vocación cristiana» y la aspiración de toda la Iglesia Esposa hacia la unión con el único Esposo” (n. 3). A las personas consagradas, pues, se les celebra en esta fecha y se les hace la invitación a mirar el futuro con esperanza, contando con la fidelidad de Dios y el poder de su gracia, capaz de obrar siempre nuevas maravillas.