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Guillermo del Toro y el cine espiritual se colaron en los Oscar

Autor: 
Peio Sánchez
Fuente: 
RD

En unos Oscar con sabor mexicano "La forma del agua" y su director Guillermo del Toro han sido los grandes triunfadores. Esta hermosa fábula tiene fuertes resonancias espirituales como indica el poema que clausura el film: “Incapaz de percibir tu forma... te encuentro a mi alrededor. Tu presencia llena mis ojos con tu amor, pone humilde a mi corazón, porque estás por todas partes”.

La historia bíblica de Ruth, la moabita fiel, nos recuerda cómo las personas de los márgenes, los soñadores inadaptados, los buscadores solitarios del amor al otro y los diferentes sin voz son los que tienen el poder de cambiar el mundo. Guillermo del Toro sincretista de géneros transita entre el romance y el terror, la fantasía y la crítica social, el musical y el cine de espionaje como heredero del realismo mágico.

El enfrentamiento entre el poder de los Donald Trump de la guerra fría, la película se desarrolla en 1962, encarnado por los responsables del complejo de investigación norteamericano: xenófogos, machistas y opresores.

En el lado del agua la princesa limpiadora y muda con su amante anfibio y silencioso, acompañados como hadas madrinas por un artista homosexual y en decadencia junto con una poderosa negra compañera de la protagonista entre las fregonas. Se trata de una alianza de los que han descubierto el amor y la ternura junto con los que los protegen como una especie en extinción entre los que se apunta un espía ruso.

Sembrada de referencias cristianas con resurrecciones y sombras crísticas, apunta a la relación de dioses y hombres y también muestra cómo Sansón y Ruth pueden salir vencedores. Pero a la vez hay toques panteístas que le vienen al guión de un cierto tono animista así como referencias a una reconstrucción de la naturaleza humana.

Película que llevó a Guillermo del Toro a obtener (el 7 de marzo) el Globo de Oro como mejor director de 2017.

Contador de historias fabulosas y fabulantes, amigo del mestizaje tanto de ideas como de medios que sabe aunar la pericia como director, la creatividad como escritor y la astucia como productor. Amigo del terror en gótico en Cronos (1993) y El espinazo del diablo (2001), forjador del superhéroe escondido Hellboy (2004) y su saga así como autor de El laberinto del fauno que le hizo maestro de los cuentos de hadas contemporáneos. Especialista en sincretismos mezcla los géneros, las ideas y las religiones, aunque manifiesta más la coherencia estética que de sentido pero permanece sensible a la dimensión espiritual y trascendente en su cine de personajes débiles que vencen a los poderosos.

La Forma del agua es, pues, una maravillosa oportunidad para adentrarnos en el espíritu grandioso del director Guillermo del Toro, y un lugar donde podemos fortalecer nuestra alma y nuestro amor.

¡No se la pueden perder!