KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

¡Habla con Dios!

Autor: 
Juan Manuel Galaviz
Fuente: 
Kénosis

Si eres creyente o deseas serlo, continúa, y darás con un tesoro que ni sospechas que existe y está a tu alcance.

Seguramente te ha pasado alguna vez hacer cola hasta más de una hora. ¿Por qué esperaste tanto? Ciertamente porque tenías vivo interés en lo que querías comprar, o en encontrarte con una persona muy apreciada en el mundo artístico o en el deporte, o por sus buenas relaciones.

Te digo en seguida que no hay persona más importante que Jesucristo y que Él está vivo y puedes conversar con Él y recibir gratuitamente sus beneficios....

Si tú aceptaste que eres creyente, yo te prometí que descubrirías un tesoro. Vamos pues a cumplir con lo dicho.

Hablar con Dios, ¡qué suerte!

Cuando veas una iglesia católica abierta, entra sin miedo y busca hacia el fondo de ese templo una lamparita encendida. Donde la veas, notarás también que hay allí una como caja fuerte con algún signo religioso en la puertecita.

Aunque te sea difícil creerlo, en esa cajita –que se llama Sagrario o Tabernáculo– está Jesucristo en persona.

Te invito a detenerte unos minutos frente al Sagrario para orar y meditar. No hace falta que digas muchas oraciones de las que hayas aprendido; importa más que le hables a Dios con tus propias palabras, con la espontaneidad de un amigo, con la confianza con que te entretienes con una persona a la que estimas mucho.

Con la práctica aprenderás a orar en silencio, diciéndole simplemente: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”, y luego a quedarte en recogimiento…

¿Y dónde está el tesoro prometido?

Ya te puse en la pista. Lo irás reconociendo más y más conforme te vuelvas asiduo en el coloquio con Jesús Eucaristía. Te lo aseguro.

Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.