KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

"Jesús fue tentado por el diablo"

Autor: 
José Antonio Pagola
Fuente: 
RD

Las primeras comunidades cristianas mostraron mucho interés por las pruebas que tuvo que superar Jesús durante su vida pública. Ese interés se deja entrever en el evangelio de Lucas (4,1-13) de este domingo.

Como se deja ver, el relato de las tentaciones viene descrito en un momento y lugar determinado. De hecho, el escritor sagrado nos advierte que, al terminar estas tentaciones, “el demonio se marchó hasta otra ocasión”. ¿Por qué? Porque las tentaciones volverán a aparecer en la vida de Jesús y en la vida de sus seguidores.

En pocas palabras: el evangelista Lucas coloca este relato antes de narrar la actividad profética de Jesús, con el objetivo de que los cristianos conozcan bien estas tentaciones, pues son las mismas que tendrán que superar a lo largo de los siglos.

Primera tentación

En la primera tentación se habla de panJesús se resiste a utilizar a Dios para saciar su propia hambre: “No solo de pan vive el hombre". Lo primero para Jesús es buscar el Reino de Dios y su justicia: es decir, lucha para que haya pan para todos.

Una de las más grandes tentaciones del hombre actual es pensar solo en el pan propio, y olvidar el drama, los miedos y sufrimientos de quienes no tienen lo suficiente para vivir en dignidad.

La manera de actuar de Jesús es una enseñanza para todo cristiano: Él renuncia a utilizar a Dios para “convertir” las piedras en panes y saciar así su hambre. Y lo hace porque no busca su propio interés. No está dispuesto a utilizar al Padre de manera egoísta. Se alimentará de la Palabra viva de Dios, y “multiplicará” los panes para alimentar el hambre de la gente.

Segunda tentación

En la segunda tentación se habla de poder y de gloriaJesús renuncia a todo eso. No se postrará ante el diablo que le ofrece el imperio sobre todos los reinos del mundo: “Al Señor, tu Dios, adorarás”.Jesús no buscará nunca ser servido sino servir.

También hoy se despierta en algunos cristianos la tentación de mantener el poder. Nos desviamos de Jesús cuando presionamos las conciencias tratando de imponer a la fuerza nuestras creencias. Sin embargo, al Reino de Dios le abrimos caminos cuando trabajamos por un mundo más compasivo y solidario.

Tercera tentación

En la tercera tentación se le propone a Jesús que descienda de manera grandiosa ante el pueblo, sostenido por los ángeles de Dios. Sin embargo, Jesús no se deja engañar: “No tentarás al Señor, tu Dios”. Aunque se lo pidan, no hace nunca un signo espectacular tal y como se lo pide el maligno. Solo hará signos de bondad para aliviar el sufrimiento y las dolencias de la gente.

¿Qué enseñanza podemos rescatar de esta actitud de Jesús? La siguiente: nos desviamos de Jesús cuando confundimos nuestra propia ostentación con la gloria de Dios. Nuestra exhibición no revela la grandeza de Dios. Solo una vida de servicio humilde a los necesitados manifiesta su amor a todos sus hijos.

 

Del Evangelio según san Lucas (4,1-13):

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. 

Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre.

Entonces el diablo le dijo: “Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”.

Jesús le contestó: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”.

Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mi, todo será tuyo”.

Jesús le contestó: “Está escrito: Al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo darás culto”.

Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y también: Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”.

Jesús le contestó: “Está mandado: No tentarás al Señor, tu Dios”.

Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.

Palabra del Señor.

R. / Gloria a ti, Señor, Jesús.