KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

Las apuestas de Pascal y de George Smith

Autor: 
Manuel Alfonseca
Fuente: 
divulciencia.blogspot.com

Blaise Pascal (1623-1662) es conocido por su actividad matemática (inventó el triángulo de Pascal), física (demostró el principio de Pascal, inventó la prensa hidráulica, hizo experimentos sobre la presión atmosférica) y especialmente por sus Pensées (Pensamientos), uno de los cuales contiene el primer ejemplo conocido del uso de la teoría de juegos, cuyo desarrollo teórico tuvo que esperar hasta el siglo XX. Este ejemplo es la famosa apuesta de Pascal, que expresó así:

– Dieu est ou il n’est pas. Mais de quel côté pencherons‑nous?... Pesons le gain et la perte en prenant croix que Dieu est. Estimons ces deux cas : si vous gagnez, vous gagnez tout, si vous perdez, vous ne perdez rien. Gagez donc qu’il est sans hésiter. 

Cuya traducción española es:

– Dios existe o no existe. ¿De qué lado nos inclinaremos?... Pesemos la ganancia y la pérdida, suponiendo que Dios existe. Estimemos los dos casos: si ganas, lo ganas todo; si pierdes, no pierdes nada. Apostad pues, sin dudarlo, por su existencia.

Es evidente que el movimiento que produce más beneficio, según el pensar de Pascal, es actuar como si Dios existiera.

Pero, ¿por qué dice Pascal que si Dios no existe no pierdo –ni gano– nada, en cualquier caso? Porque si Dios no existe, se sigue que no existe la otra vida, que todo termina con la muerte. En tal caso, cualquiera que haya sido nuestra vida, no hay ganancia ni pérdida, porque dentro de un millón de años –por poner una cifra– habremos sido olvidados y dará lo mismo cómo hayamos vivido.

Frente a la apuesta de Pascal, George Smith formuló su apuesta del ateísmo, que puede resumirse así:

– Si Dios no existe, los ateos aciertan, pero los creyentes han desperdiciado su vida.

– Si los deístas tienen razón, a Dios no le importa lo que hagan los seres humanos, ni premia ni castiga. Luego ambas posturas empatan. Los creyentes siguen perdiendo, porque han desperdiciado sus vidas.

Si existe un Dios bueno, no castigará a un ser humano por errores de conciencia honrados. Los creyentes, en cambio, que van contra la razón (que favorece el ateísmo), deben temer el castigo de este Dios, pues van contra su conciencia.

El Dios de los cristianos es inmoral porque castiga a quien dude de Él. Luego no es digno de confianza y puede castigar también a los cristianos que dicen creer en Él, pero que, según Smith, lo hacen sólo por la apuesta de Pascal, por herencia o por temor al infierno.

Admito que la apuesta de Pascal se apoya más en el egoísmo que en el altruismo, pero por otra parte es racionalmente correcta. No se puede decir lo mismo de la apuesta de Smith, contra la cual se puede aducir lo siguiente:

– Que la razón favorece al ateísmo es un mantra muy utilizado por los ateos, pero es falso. He escrito un libro para demostrarlo. Las supuestas demostraciones racionales de los ateos están plagadas de falacias lógicas, como he mencionado en otros artículos en mi blog personal (divulciencia.blogspot.com).

Los dos primeros puntos de la apuesta de Smith no tienen en cuenta la afirmación de Pascal antes mencionada:

“Si no existe otra vida, comoquiera que haya sido nuestra vida en este mundo, su valor global es nulo”.

Creo que este argumento es incontestable.

Pero incluso admitiendo el punto de vista de Smith, su conclusión (que los creyentes desperdician su vida) es claramente falsa: estudios sociológicos modernos (como un estudio realizado en el Reino Unido sobre unas 300.000 personas entre 2012 y 2015) demuestran que el índice de satisfacción con su vida es mayor para los cristianos (7.54) que para los ateos (7.24). Lo mismo ocurre con el índice de felicidad (7.43 para los cristianos, 7.15 para los ateos) y con el índice que mide si la vida es digna de ser vivida (7.81 y 7.51, respectivamente). ¿Dónde está el supuesto desperdicio de su vida, que Smith afirma, pero no demuestra?

¿Qué entiende Smith al decir que los cristianos desperdician su vida? ¿Que no matan? ¿Que no roban? ¿Que no mienten? ¿Que no tienen relaciones sexuales promiscuas? ¿Acaso, para él, una vida más plena es la que te permite hacer todas esas cosas sin control? Me temo que, como suele ocurrir, se refiere sólo al sexo. A quien piense así, le vendría bien leer mis novelas de la serie de misterio Los Sabuesos de la Transición(en mi blog personal ya citado), para ver un punto de vista diferente.

Por otra parte, Smith muestra una ignorancia total sobre el Dios de los cristianos. El Dios bueno que menciona en el tercer apartado y que quiere contraponer con él, es precisamente el Dios de los cristianos. Los cristianos siempre hemos afirmado que hay que obedecer a la conciencia, siempre que sea honrada, aunque pueda estar equivocada, porque Dios nos juzgará de acuerdo con ese criterio. 

En cuanto al punto cuarto, jamás hemos afirmado que Dios castigue a quien dude de Él. Lo que decimos es esto:

– A la larga, la respuesta a los que se oponen a la doctrina del infierno, es una pregunta: “¿Qué le pides a Dios que haga?” ¿Que borre sus pecados pasados y les ofrezca un nuevo comienzo, eliminando las dificultades y ofreciendo ayuda milagrosa? Pero eso ya lo ha hecho, en el Calvario. ¿Que los perdone? No quieren ser perdonados. ¿Que los deje solos? Ay, me temo que sea eso lo que hace (C.S. LewisEl problema del dolor, capítulo 8).

O en las palabras de don Camilo, el réprobo:

– Está en mi poder evitar ser lo que Él quería hacer de mí. Sé que no puedo ser reemplazado. Si crees que cada criatura es irreemplazable, comprenderás que está en nuestro poder privar al Artista comprensivo de una obra irreemplazable, algo de Sí mismo. ¡Ah! ¡Sé que siempre tendrá esta espina clavada en su corazón! He descubierto esta forma de llegar a lo más profundo de su ser. Soy la oveja perdida que jamás podrán compensar las otras cien.(Paul ClaudelEl zapato de raso, Jornada tercera, escena X).

Es decir, no es Dios quien condena, nos condenamos nosotros mismos.

Smith afirma que todos los cristianos creen en Dios contra la razón, contra sus convicciones más profundas y contra su conciencia. ¿Qué opinaría un ateo si un cristiano afirmara que todos los ateos niegan la existencia de Dios por mala fe, porque es lo que más les conviene? Tendría derecho a indignarse, ¿no? En mis discusiones con ateos, jamás he puesto en cuestión su buena fe, siempre me limito a discutir sus argumentos y a señalar las falacias lógicas que contienen, de las que sin duda no se habían dado cuenta. Por eso, cuando me acusan de mala fe, como hace Smith, no tengo más remedio que indignarme…

Nota: Agradezco a Julio Gonzalo y a Juan, que me sugirieron este artículo.