“No te canses de dar”

Si algunas veces te han fallado, quizás te cueste volver a compartir, volver a dar, volver a servir con alegría.

Pero eso significa que, cuando dabas, lo hacías con algún interés. Es decir, dabas con el deseo de recibir gratitud; dabas esperando un reconocimiento. Y esa generosidad necesita ser purificada, porque no es gratuita, sino interesada.

Te recomiendo, entonces, “volver a intentarlo”, pero ahora trata de dar gratis, intenta dar porque sí. Dona sólo porque es bueno donar, intenta dar por las puras ganas de dar y nada más. Como si fueras un manantial generoso. ¡Eso sí que es bello!

Si te cuesta, que ese sea tu desafío, porque con la gracia del Espíritu Santo siempre será posible. ¡No te canses de dar! ¡Y hazlo por el mero hecho de donarte a los demás, que es amor y es misericordia!