KÉNOSIS

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Otros dos sacerdotes son asesinados en México

Autor: 
Jaime Septién
Fuente: 
aleteia.org

La sangre de sacerdotes sigue corriendo en suelo mexicano. Este día 5 de febrero, justamente cuando el nuevo arzobispo primado de México, el cardenal Carlos Aguiar Retes, tomaba posesión de su nueva responsabilidad llamando a un pacto de unidad nacional para detener la violencia en México, en el Estado de Guerrero morían, a manos de criminales, dos sacerdotes más, los dos primeros este año 2018, que se suman a la larga lista de asesinatos que tiene que padece la Iglesia en el país.

“Con profundo dolor comunicamos a todos, el sensible fallecimiento de los sacerdotes Iván Añorve Jaimes –párroco de La Sagrada Familia, en Las Vigas, municipio de San Marcos– y Germaín Muñiz García –párroco de Mezcala–, quienes fallecieron esta madrugada luego de haber sido atacados en el Libramiento a Taxco”, comenzaba diciendo el comunicado emitido el mismo día 5 de febrero por la Oficina de Prensa de la Arquidiócesis de Acapulco.

“Como Iglesia estamos consternados ante este trágico suceso que enluta a toda la comunidad arquidiocesana y a la comunidad de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa. Pedimos a las autoridades que una vez conocida la verdad, se actúe en justicia”, sigue diciendo el boletín de prensa con que se hace oficial la muerte de estos dos sacerdotes, que ejercían su ministerio en uno de los tres estados más violentos de México: el Estado de Guerrero, cuya cabeza de provincia eclesiástica está en el puerto de Acapulco.

El asesinato tuvo lugar en la carretera federal Iguala-Taxco en la madrugada del lunes, cuando regresaban de una fiesta popular de un poblado cercano. Hasta el momento, se tiene la información que otro sacerdote resultó gravemente herido y un maestro también falleció en el ataque. La arquidiócesis de Acapulco pidió elevar una oración “por el eterno descanso del Padre Iván y del Padre Germaín, y por la pronta recuperación de quienes se encuentran heridos. Dios Padre consuele y fortalezca a sus familias”.

Más adelante dejaron constancia de la zozobra que viven los sacerdotes en el Estado de Guerrero, zona copada por el narcotráfico: “Supliquemos con insistencia al Señor por la conversión de aquellos, que olvidando que somos hermanos, cometen este tipo de crímenes que tanto dañan la dignidad de la persona humana, arrebatan el don sagrado de la vida y siembran dolor y sufrimiento en la familia y en la sociedad”.

En consonancia con el mensaje a los sacerdotes mexicanos que dejó el Papa Francisco en su visita de hace dos años a México, en el sentido de no dejarse amedrentar por la violencia, la arquidiócesis de Acapulco, en su comunicado de prensa, fue clara: “No cejemos en nuestro empeño por construir la paz en nuestra familia, en nuestra comunidad, en nuestro Estado, en nuestra Patria. Todos los días pidamos al Señor esta Paz”.

Y termina su comunicado por la muerte de los dos sacerdotes diciendo: “Todos los días dejemos en nosotros sentimientos, pensamientos, palabras y gestos de paz. Que el dolor que ahora sentimos por la muerte de estos hermanos nuestros, el Señor lo convierta en fortaleza de nuestra esperanza, la misma que ellos quisieron construir entregando su vida al servicio del Evangelio”.