KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

Por tu vocación religiosa, soy la madre más feliz

Autor: 
Fernando Torre, msps
Fuente: 
LFC - MX

“Soy la madre más feliz: ¿con qué pagar al Señor tan celestial gracia tanto tiempo pedida por mi corazón? ¿Cómo corresponder a lo que es incorrespondible? ¡La gracia de las gracias, la vocación religiosa para quien más amo en la tierra, para la sangre de mi sangre, para mi Concha tan amada!” Concepción Cabrera le escribe estas palabras a su hija Concha dos días después de que ésta le dijera que había descubierto que tenía vocación para el Oasis  y estaba decidida a entrar en él.

Estas palabras son una erupción de alegría, gratitud y ternura que brota del volcán del corazón de una madre creyente. El motivo es lo que ella considera “la gracia de las gracias”: la vocación religiosa, que Dios le ha dado a su hija.

Concepción le había pedido a Dios la gracia de la vocación para su hija desde la primera vez que la tuvo en sus brazos;  por eso dice: “gracia tanto tiempo pedida”.

Esta mujer apóstol siente la necesidad de corresponder a Dios por “tan celestial gracia”; por eso dice: “¿con qué pagar al Señor?” En otra ocasión, refiriéndose también a la “vocación a la cruz”  de Teresa de María, escribe: “con nuevo ardor cada día crece la gratitud en mi corazón, y no me canso de darle gracias”.

Para Concepción, el que Dios haya llamado a la vida religiosa a alguien de su familia –“sangre de mi sangre”– es causa de orgullo y alabanza. Años más tarde, tras el ingreso en la vida religiosa de dos de sus sobrinos,  ella exclama: “Qué de gracias debemos darle a Dios porque ha escogido de nuestra familia tantas vocaciones. Bendito sea”.

Pido a nuestro Dios-Trinidad que el ejemplo de esta esposa y madre de familia impulse a las madres y padres cristianos a pedir a Dios para una/o de sus hijas/os o nietas/os la gracia de la vocación.