KÉNOSIS

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Venerable “Don Vasco de Quiroga”

Autor: 
Rafael Espino
Fuente: 
Kénosis

Nació: 1470 (o 1480) en Madrigal de las Altas Torres, España.

Murió: 14 de marzo de 1565 en Uruapan, Michoacán (México).

Proceso de canonización: el 29 de abril de 2015 la Congregación para las Causas de los Santos abrió formalmente su proceso de santificación. Y el 22 de diciembre de 2020 el Papa Francisco reconoció sus virtudes heroicas (declarándolo venerable).

Milagros

A lo largo de los siglos se le han atribuido diversos milagros a Vasco de Quiroga (sanaciones físicas, apaciguación de plagas, prosperidad en las cosechas, etc.). Sin embargo, su máxima obra ha sido “amar a los indios cuando muchos otros los querían esclavizar”... Su vida la dedicó a impartir la fe entre los nativos del Nuevo Mundo, para quienes fundó un número importante de obras hospitalarias e instituciones para el estudio, como lo fue el Colegio de San Nicolás de Hidalgo (antecedente de la Universidad Michoacana) y el sistema económico y artesanal en la Meseta Tarasca.

Su vida

Vasco de Quiroga nació en Madrigal de las Altas Torres, España. La fecha, algunos la colocan en el año de 1470 (y otros en la década de los 80). Fue el menor de tres hermanos. Sus padres fueron Vasco Vázquez de Quiroga, conocido como “Vasco el Viejo”, gobernador del priorazgo de San Juan en el reino de Castilla y María Alonso de la Cárcel, mujer de noble familia.

Se dice que entre 1510 a 1515 Vasco de Quiroga recibió el bachillerato y la licencia en Derecho Canónico (por la Universidad de Salamanca o por la de Valladolid). En su temprana vida llegó a ser miembro del cuerpo de letrados (quienes realizaban oficios de la Corte) y fungió como juez de funcionarios en Orán, al norte de África (1525).

Junto con otros cuatro oidores, fue electo por la Corona española en 1530 para conformar la Segunda Audiencia (órgano gubernamental para resolver asuntos políticos, administrativos, civiles y criminales) que iría a la Nueva España. Llegó a la ciudad de México el 9 de enero de 1531. Y su primera medida fue abrir un juicio contra Nuño Beltrán de Guzmán, Juan Ortiz de Matienzo y Diego Delgadillo (primeros conquistadores) que ocasionaban maltrato a los indígenas del Nuevo Mundo.

En 1538 fray Juan de Zumárraga le confirió todos los grados clericales, lo que lo llevó a tomar posesión de su obispado con sede en Tzintzuntzan Michoacán –que por cierto, más tarde él la trasladará a Pátzcuaro–.

Su actividad se destacó por la probidad y rectitud. Llegó a preocuparse por lograr una sociedad cristiana y una actividad de reforma para el bienestar social de los indígenas en México y en Michoacán.

Su actividad como pastor

Vasco de Quiroga es reconocido en la Iglesia de Michoacán como aquel que logró incorporar el Evangelio en grandes capas de la población y en muy diversos aspectos de la vida comunitaria: en el arte, la fiesta, la convivencia social, la educación, lo económico, lo político, etcétera.

Cuando tomó posesión de su obispado, se enfrentó a una ardua y grande empresa: convertir las tribus indígenas al cristianismo. De allí que él se exigió un eficiente conocimiento de la lengua purépecha, una auténtica asimilación de valores, costumbres y formas de pensamiento indígena. De este modo, demostró tener un sentido de adaptación admirable. Abrió sus brazos llenos de amor y comprensión al indio para que encontrara luz y paz en la religión cristiana. Tuvo la preocupación enorme por la catequesis y formación de su clero (evangelizadores) como de los neófitos (evangelizados). Asimismo, su responsabilidad como obispo le obligó a organizar su vastísima diócesis que comprendía más allá del estado de Michoacán, gran parte del actual Jalisco, Colima, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y parte de Tamaulipas.

Su método misional se basaba en la clave: “primero lo humano, después lo sobrenatural”. Es decir, hacía que las personas tuvieran primero los medios necesarios para su desarrollo humano (sustento, salud, hogar), y luego les facilitaba el conocimiento de Dios para vivir de acuerdo a la fe cristiana.

Poseyó una gran intuición pedagógica: con gran facilidad conocía a las personas, su temperamento y carácter, sus gustos y aficiones. Predicó incansablemente, escribió catecismos, fundó colegios y se preocupó por la atención de todos los aspectos de la vida humana entre los purépechas. No fue un mero predicador; más allá de su ingenio, de su capacidad intelectual y fuerza de voluntad, se le reconoce hoy como modelo en el seguimiento de Cristo.

Los datos afirman que Vasco de Quiroga murió el 14 de marzo de 1565 en la ciudad de Uruapan, Michoacán, a la edad de 95 años.

Sus restos reposan en la Basílica de Nuestra Señora de la Salud en Pátzcuaro.

Nota: ¿En qué consiste el reconocimiento de sus “virtudes heroicas”? El reconocimiento de las virtudes heroicas le hacen merecedor del título de “venerable”. Esta condición ratifica que vivió las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), las cardinales (fortaleza, prudencia, templanza y justicia) y todas las demás virtudes de manera heroica, es decir, extraordinaria.

Sea como sea, su ejemplo de vida y su poder de obrar milagros le hacen acreedor del título de “venerable”, que es el primer paso en el proceso oficial de su canonización.

Para conoce más sobre la persona y obra de Don Vasco de Quiroga da click en el siguiente link: https://bit.ly/2Js76hs