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11 consejos del papa Francisco para el matrimonio y la familia

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LFC - MX

En los pasados meses la Iglesia ha sido testigo de la Exhortación Apostólica Amoris laetitia (La alegría del amor), en la que el papa Francisco plasma algunas orientaciones para la vida cristiana. Siguiendo los ejemplos que propone san Pablo a los Corintios (1Co 13,4-7), el Pontífice repasa las claves para cuidar bien del matrimonio, que es la base imprescindible de la familia. A continuación te proporcionamos diez puntos que el Papa considera esenciales para poder tener un matrimonio conforme al corazón de Jesús:

1. “Sean pacientes”

Tener paciencia no significa dejar que nos maltraten continuamente, o tolerar agresiones físicas, o permitir que nos traten como objetos. Tener paciencia implica un sentido de profunda compasión que lleva a aceptar al otro como parte de este mundo, también cuando actúa de un modo diferente al que nosotros desearíamos… Cuando se pierde la paciencia todo nos lleva a reaccionar con agresividad.

2. “Mantengan una actitud de servicio”

La paciencia debe estar acompañada de una actividad, de una reacción dinámica y creativa ante los demás. El amor beneficia y promueve a los miembros de la familia. Por eso la caridad se traduce en servicio.

3. “Eviten las envidias”

El verdadero amor valora los logros ajenos, no los siente como una amenaza. El amor siempre se libera del sabor amargo de la envidia. El amor nos ayuda a reconocer que cada uno tiene dones diferentes y distintos caminos en la vida.

4. “No se enorgullezcan, sean humildes”

“Quien ama, no sólo evita hablar demasiado de sí mismo, sino que, además, sabe ubicarse en su lugar sin pretender ser el centro de atracción”.

5. “Practiquen el desprendimiento”

Hay que evitar darle prioridad al amor a sí mismos. Recuerden que el amor va más allá de la justicia; el amor es un desbordarse gratis, sin esperar nada a cambio.

6. “No violenten su interior”

No permitan el desequilibrio de su interior. No se irriten, no se mantengan en constante defensiva ante los otros, no alimenten la agresividad, no se aíslen. La indignación es sana cuando nos lleva a reaccionar ante una grave injusticia, pero es dañina cuando tiende a impregnar de odio y rechazo todas nuestras actitudes ante los otros”.

7. “Perdónense los unos a los otros”

Si permitimos que un mal sentimiento penetre en nuestras entrañas, dejaremos lugar al rencor en nuestro corazón. Por eso, evitemos buscar culpables a toda costa, perdonemos los errores y las caídas de los otros y ayudémosles a superarse. No dañen el vínculo amoroso de su pareja y busquen la estabilidad familiar.

8. “Ejerciten la confianza mutua”

La confianza hace posible una relación de libertad. “No es necesario controlar al otro, seguir minuciosamente sus pasos, para evitar que escape de nuestros brazos”. La libertad permite que la relación de pareja se enriquezca y no se convierta en un círculo cerrado y sin horizontes. Al mismo tiempo, hace posible la sinceridad y la transparencia.

9. “Mantengan la esperanza”

Quien mantiene la esperanza descubre sorpresivamente la belleza y encuentra las potencialidades más ocultas de aquellos que le rodean. El don de la esperanza ayuda a aceptar que algunas cosas no sucederán como uno desea, y le recuerda a uno que “Dios escribe derecho con las líneas torcidas de una persona”, sacando algún bien de los males que ella no logre superar en esta tierra.

10. “Conserven la amistad”

Después del amor que nos une a Dios, el amor conyugal es la “máxima amistad”. Busquen, por tanto, el bien del otro, la reciprocidad, la intimidad, la ternura, la estabilidad, en una dinámica que los lleve a construir una vida compartida.

11. “Sean alegres”

En el matrimonio y en la familia conviene cuidar la alegría del amor. La alegría amplía la capacidad de gozar y nos permite encontrar gusto en realidades variadas, aun en las etapas de la vida donde el placer se apaga o aparece el dolor.