KÉNOSIS

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7 cosas que las mamás deben hacer antes de quedar en embarazo

Autor: 
Nory Camargo
Fuente: 
catholic-link.com

Si la idea de ser padres les ha estado rondando por la cabeza últimamente, estos son diez puntos que deben tener en cuenta.

1. Discute la decisión de tener hijos con tu pareja

Para algunos esto puede ser muy obvio pero en este tema nada se puede dar por sentado. Hablar con tu pareja es parte fundamental dentro de una relación seria y estable. Puede que los dos hayan tocado este tema durante el noviazgo y estén de acuerdo en formar una familia algún día, pero si el tema de los hijos nunca se ha dado entre los dos es importante discutirlo pues puede que para alguno la idea suene un poco descabellada o simplemente no estén contemplando la idea de ser padres a futuro. La noticia de un embarazo los puede tomar por sorpresa a los dos pero lo ideal es que no haya cabida para esos: «yo pensé que querías tener hijos», «supuse que soñabas con convertirte en padre» o «es obvio que algún día pasaría».

2. Suspende los malos hábitos

Dejar la comida chatarra, el cigarrillo, el alcohol o las drogas (que espero no sea tu caso) debe ser una decisión radical, no solo para la mujer sino también para el hombre. Puedes empezar a dejarlos de a poco, meses antes de planear un posible embarazo, pero si este te toma por sorpresa debes cortarlos de raíz pues todo lo que ingieras va directamente a tu bebé. La responsabilidad de ser madre no empieza cuando das a luz sino cuando te enteras de que estas embarazada. El apoyo de tu pareja en esta etapa es crucial, por eso aconsejo a las parejas dejar cualquier tipo de mal hábito para que en este caso a la mujer no se le dificulte tanto dejarlos. Ejemplo: si mueres por una hamburguesa llena de salsas con Coca Cola, sabes que no la puedes comer como antes, pero aun así tu pareja lo hace en tu presencia sucumbirás a la tentación. ¡Trabajo en equipo!

3. ¡Haz ejercicio!

Algunas mujeres creen que al estar en embarazo no pueden realizar ninguna clase de ejercicio y esto es totalmente falso. Aunque cada mujer es diferente y por tanto cada embarazo es único, asegúrate con tu doctor de saber qué clase de ejercicio o rutina puedes realizar, con qué frecuencia y en qué etapa del embarazo. Para las mujeres que tienen como hábito el ejercicio, esta es una gran noticia, pues pueden seguir ejercitándose siempre y cuando verifiquen que el bebé no corre ningún riesgo. El ejercicio te aporta más vitalidad y energía así que si planeas convertirte en madre pronto, no empieces con el ejercicio una semana o un mes antes, prepara tu cuerpo con bastantes meses de antelación.

4. Mantén en secreto la idea de querer convertirse en padres (por un tiempo)

Nuestros propios familiares o amigos pueden llegar a ser bastante crueles con algunos comentarios relacionados a la paternidad, por eso aconsejo que ambos reserven la idea solo para los dos. Algunas parejas pueden concebir con mucha facilidad pero muchos otros no corren con la misma suerte aunque tengan el mismo deseo de convertirse en padres, muchas parejas deben someterse a distintos tratamientos para poder lograrlo y les pueden tomar incluso años. Este es un tema bastante delicado y por tanto debe ser de suma privacidad, pues decirle a todos que están intentado encargar bebé puede dar pie a comentarios como: «¿Les quedó grande la tarea?», «¿Qué están esperando para tener un bebé?», «¿Qué tan difícil puede ser?», etc. Revístanse de paciencia y prudencia con el tema de ser padres y reserven este momento especial solo para los dos, al menos aunque sepan con certeza que la prueba efectivamente dio positivo. Después pueden estallar en felicidad y creatividad para dar la noticia.

5. Prepárate psicológicamente y prepara a tu esposo también…

Sé que algunos me dirán: ¿cómo me puedo preparar psicológicamente para ser padre o madre? Desde mi experiencia puedo decirles que nada nos puede preparar realmente para el momento en que tenemos a nuestro hijo en brazos pero si podemos hacernos a la idea de lo que puede ocurrir cuando finalmente nos convirtamos en padres. Algunas mujeres viven embarazos de película, esos en los que la panza no crece mucho, no suben de peso, no se les mancha la cara, no tienen antojos, no les sale ni media estría, no tienen náuseas y vómitos, no se les cayó el pelo, no sufrieron de acidez o no vivían como zombies andantes muertas de sueño. Pero otro 90% de las mujeres tienen embarazos más reales y difíciles en los que no todo el tiempo andamos felices y de compras para el bebé. Ambos deben tener en cuenta que cuando se tienen un bebé el tiempo se percibe de una manera totalmente distinta: mientras no somos padres lo distribuimos como queremos, dejamos cosas para más tarde o dormimos más de la cuenta pero cuando tenemos un bebé nos damos cuenta que cada segundo cuenta.

6. Explícale a tu pareja qué sientes

Durante el embarazo muchas mujeres se sienten incomprendidas y molestas por su pareja ya que son ellas quienes se enfrentan a todos los cambios y se convierten en una bola gigante de hormonas. Habla con tu pareja y dile qué sientes exactamente, qué te molesta o qué te gustaría hacer, para ellos es un poco abrumador lidiar con tus cambios de humor, antojos, incomodidad y dolores. El diálogo entre los dos debe ser constante para no dar pie a peleas o mal entendidos. Debo aceptar que las mujeres necesitamos del doble de comprensión, amor y ternura durante el embarazo. Así que hombres: dejen fluir todo el amor y la cursilería con sus esposas, el embarazo no es nada fácil, pero puede ser mucho más llevadero y memorable si ustedes nos consienten y nos hacen sentir seguras.

7. Incluye a Dios en todo

Por último, pero no por eso menos importante: permitan que Dios sea quien guié su relación, sus decisiones, su embarazo y su rol de padres, cuando dejamos que sea Él quien tome las riendas el camino es más fácil de recorrer, afrontar el embarazo en cualquier circunstancia (sola o acompañada) es difícil y la tarea de ser padres requiere de una paciencia de otro planeta. La etapa del embarazo y de todo lo que viene después nos cambiará la vida para siempre, hacer partícipe a Dios de nuestros actos nos llevará a ser mejores padres y seres humanos.