Al Papa Francisco le preocupan los bosques
Los bosques merecen nuestra atención, estudio y protección. No sólo porque son una aportación esencial a la regulación del clima, sino porque contienen un tesoro“irreemplazable”compuesto por muchas especies.
Algunas plantas forestales y microorganismos son capaces de sintetizar un número ilimitado de sustancias complejas con un alto potencial médico. Otras plantas poseen valor como fuente de alimentación.
En una declaración, monseñor Simon Kassas de la Representación Permanente de la Santa Sede antes las Naciones Unidas en la 13 Sesión de las Naciones Unidas sobre los Bosques, ha hecho saber que es una preocupación global de la Santa Sede y ha pedido sensibilización y actuaciones ante los peligros que acechan a los bosques en varias partes del planeta.
La sesión que tuvo lugar en Nueva York el 8 de mayo, contó con la participación de la Santa Sede como estado no miembro observador, que se implica en el Plan Estratégico de las Naciones Unidas para salvar los bosques de ahora hasta el 2030.
Lamentablemente, los bosques están siendo destruidos, su diversidad amenazada y algunas de sus especies nunca podrán ser catalogadas ni estudiadas.
El Papa Francisco insta específicamente a la comunidad internacional a esta forma de doble escucha con respecto a la Amazonía. Durante su reciente visita a Puerto Maldonado, en la Amazonía peruana, subrayó los problemas que surgen del “neoextractivismo y la presión que ejercen los grandes intereses comerciales que quieren echar mano del petróleo, el gas, la madera, el oro y el petróleo del Amazonas.
Por otro lado el Papa lamenta que haya tierras que se ven amenazadas por la distorsión de ciertas políticas dirigidas a la ‘conservación’ de la naturaleza sin tener en cuenta a los hombres y mujeres que la habitan”.
Al Papa le preocupan movimientos que bajo la apariencia de preservar el bosque, acumulan grandes extensiones de bosques y negocian con ellos, lo que lleva a situaciones de opresión para los pueblos originarios; como resultado, [los pueblos nativos] pierden el acceso a la tierra y sus recursos naturales.
Estos problemas estrangulan a los habitantes indígenas y provocan la migración de los jóvenes debido a la falta de alternativas locales. En su intervención en la ONU, el representante de la Santa Sede ha recordado que el Papa Francisco insta a “romper con el paradigma histórico que considera a la Amazonía como una fuente inagotable de suministros para otros países sin preocupación por sus habitantes”.
La conservación de los bosques, por lo tanto, no se puede realizar a expensas de las comunidades que han vivido allí durante siglos. Estas comunidades deben convertirse en protagonistas de la conservación del medio ambiente y sus derechos y valores deben ser respetados. Los bosques se gestionarán de forma sostenible solo con “la participación constante y activa de la población local desde dentro de su propia cultura”.
Bosques sí, defiende la Santa Sede, pero preservando los derechos de las personas que viven en él.