KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

Boca de Dios, boca del pueblo

Autor: 
José López
Fuente: 
LFC (México)

La palabra profeta quiere decir: “hablar en nombre de”. En la Biblia, profeta es alguien que habla en nombre de Dios (lean en Ez 3,10-11). ¿Qué quiere decir eso?

Los profetas son los portavoces de Yahvé, el Dios de la Alianza. Ellos comunican al pueblo el mensaje que Dios quiere dar en las más diversas situaciones (Am 3,3-8). También presentan a Dios el mensaje del pueblo (Am 7,1-3). ¡Son boca del pueblo para Dios y boca de Dios para el pueblo!

Los profetas:

  • hablaban con Yahvé y transmitían los mensajes de Él para el pueblo;
  • eran videntes, curanderos, líderes populares, poetas...
  • conocían profundamente la realidad presente y preveían sus consecuencias futuras;
  • cuestionaban y desenmascaraban a los poderosos;
  • llamaban al pueblo para que volviera a la Alianza;
  • denunciaban la injusticia y anunciaban la justicia de Yahvé.

Había profetas contratados por los reyes para orientar sus acciones (2S 24,11; 2R 22,13-14). Otros eran personas sencillas que se entregaban a la causa de la verdad (Jr 1,4-8). Algunos más hacían política partidista con el fin de mejorar la vida del pueblo (1R 9,1-4).

El mensaje profético tenía como elementos principales:

  • palabras fuertes y directas;
  • gestos simbólicos;
  • entusiasmo y convicción;
  • cuestionamientos profundos;
  • invitación a la conversión.

Para los oprimidos, el mensaje profético era de consuelo y de estímulo. ¡para los opresores, era un fuerte reproche!

Profetas: acción en la comunidad

Los profetas se comprometían con personas concretas: viudas, huérfanos, campesinos, gentes sin tierra... quienes clamaban día y noche a Yahvé pidiendo justicia.

Los profetas no actuaban solos: Animaban grupos proféticos que asumían con ellos el compromiso con los pobres, memorizaban las profecías y pasaban el mensaje a los vecinos, a los hijos y a los nietos.

Ciertos grupos escribían las profecías en libros que hoy están en la Biblia. Otros no escribieron, o sus escritos se perdieron. Muchos actuaban en forma anónima.

Los grupos rezaban, reflexionaban, se comprometían activamente. En algunos casos vivían como una familia en la misma casa, liderados por el profeta en persona (2R 6,1-3). Otros cultivaban la tradición de los profetas antiguos que habían vivido en otras épocas. Fue caso de los profetas Isaías y Jeremías.

En la Biblia hay profecías de diferentes épocas. Fueron escritas por grupos proféticos que reflexionaban sobre la realidad a la luz de las profecías antiguas y descubrían los caminos de Dios en medio de la oscuridad.

Las profecías antiguas servían como de linterna en el camino oscuro de la vida. ¡Los grupos proféticos encontraban cosas sorprendentes con las linternas Fue así como los primeros cristianos descubrieron, con la ayuda de las profecías-linternas, que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

Conversando y Respondiendo:

  • ¿Qué es un profeta en la Biblia? ¿Y hoy?

  • ¿Alguien del grupo ya ha tenido la ocasión de actuar como profeta? Comparta con el grupo.

  • ¿Cuáles son las características de la catequesis profética?

Conversando y Respondiendo:

  • ¿Por qué es mejor tener un grupo profético que ser un profeta aislado?

  • ¿Cómo divulga su comunidad la actuación de los profetas de hoy?

  • ¿Cómo ha ayudado la catequesis en esa tarea?

Verdaderos y falsos profetas

No todos los profetas obraban de acuerdo con la voluntad de Dios. Algunos “profetizaban” en nombre de intereses propios (Mi 3,5-8). Eran los falsos profetas que mentían y defendían a los opresores usando el nombre de Yahvé.

El pueblo hebreo había salido de Egipto, tierra de opresión. Allá, el Faraón era el señor que se apropiaba del fruto del trabajo del pueblo. En la Tierra Prometida, el pueblo tenía el fruto de su propio trabajo. ¡No había ningún Señor fuera de Yahvé! Esa era la idea central de la Alianza. Con la aparición de los reyes en Israel, el pueblo fue olvidando el Éxodo y dejó de lado el proyecto igualitario de las tribus. Acabó por construir un “Egipto” en la Tierra Prometida, haciendo de la tierra de la libertad una tierra de esclavitud.

Reyes, sacerdotes, magistrados, propietarios de tierras y ricos usaban el nombre de Yahvé para cometer toda clase de injusticias y apropiarse de lo que era de los pobres (Am 5,10-12; Mi 2,8-9). Sus aliados eran los falsos profetas. Éstos justificaban la corrupción de los ricos y la miseria de los pobres como si fuesen voluntad de Yahvé.

Los mayores adversarios de los poderosos eran los profetas verdaderos. Ellos sabían cómo abrir los ojos del pueblo y desenmascaraban a los injustos con la autoridad dada por Yahvé. Eran fieles a la verdad y a la justicia, inclusive cuando eso les traía problemas (Jr 20,7-8).

La lucha contra la idolatría

La gran lucha de los profetas fue a favor de la Alianza y contra la idolatría.  ¿Recuerdan ustedes lo que es la Alianza? ¿Y lo que es la idolatría?

Cuando el pueblo abandonaba la Alianza y practicaba la injusticia, estaba haciendo lo que la Biblia llama idolatría, porque adoptaba un sistema social injusto (2R 17,13-17). Estaba abandonado al Dios vivo para ir tras “dioses” vanos.

La idolatría o culto a los ídolos consiste en apoyarse en un Dios falso. Es vender gato por liebre. El idólatra es como el consumidor que se ilusiona con propaganda engañosa.

La idolatría no es cambiar a Yahvé, el nombre bíblico de Dios, por otro nombre. Cambiar el rótulo no altera el contenido de la botella. A Dios lo podemos llamar Padre y Madre, Señor, Yahvé, Adonai, Alá...

En la Biblia el culto a los ídolos está lleno de consecuencias desastrosas. Los jefes del pueblo inventaban dioses que justificaban la injusticia y la violencia.

Adorar al Dios vivo llevaba a adoptar el estilo de vida propuesto en la Alianza: li­bertad, igualdad, compartir. Cambiar al Dios vivo por falsos dioses era adoptar como estilo de vida la esclavitud y la injusticia (Dt 5,6-7).

Los profetas combatían la idolatría, incluso cuando ella se disfrazaba de “culto a Yahvé” (Mi 3,9-12). Porque muchos sacerdotes y falsos profetas usaban el nombre de Yahvé para engañar al pueblo. ¡Colocaban el rótulo “Yahvé” en la botella, pero el conte­nido estaba falsificado!

Los profetas tenían que recordar al pueblo el Éxodo y la Alianza, para que supiera discer­nir cuál era el Proyecto del Dios vivo, y rechazase el proyecto de muerte escondido tras el culto a Yahvé.

Conversando y Respondiendo:

  • ¿Cómo desenmascarar a un falso profeta? (Lc 6,20-26).

  • Lean la historia de los profetas Miqueas y Sedecías, en 1R 22,1-40. ¿Qué tal si hacemos una escenificación de ella?

  • Reflexionar: ¿Cuál era el papel de cada profeta en esa historia? ¿Cuál de ellos estaba en lo cierto? ¿Qué le costó decir la verdad?

Gimnasia bíblica:

  • Hagan una lista con los nombres de todos los profetas bíblicos que ustedes puedan recordar.

  • En equipo, localicen los nombres en la Biblia. Gana el equipo que encuentre el mayor número posible, en menos tiempo.

Conversando y Respondiendo:

  • ¿Qué falsos dioses están “disfrazados” tras el nombre del Dios vivo, hoy?

  • ¿Qué estilo de vida siguen hoy los idólatras? ¿Cuál es el “dios” que está detrás de ellos?

  • ¿Cuál es el estilo de vida que los adoradores del Dios vivo siguen hoy?