KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

“Christus vivit”: una exhortación para jóvenes y no tan jóvenes

Autor: 
Juan Carlos de la Riva
Fuente: 
Revista PJ

Pensé que no era para mí. Que ya pasé la edad de proyectar y de soñar, de hacer deporte y trasnochar, de criticar y de arriesgar. Pensé que era sólo para los jóvenes y tentado estuve de leerla sólo para comentarla, leerla para otros, leerla para convertirla en meras palabras. Pero sí, era para mí. Y me ha rescatado de un repentino ataque de ancianidad. Era para el joven que yo también soy, para el joven que todos somos en la misma juventud eterna de Jesús.

Y la firmaba un anciano: Francisco, el Papa, que nos hace un “guiño” desde su vigorosa prédica a la juventud, para confesarnos que, a su edad, hacer de Sumo Pontífice le ha hecho joven: “El Señor me amplió los horizontes y me regaló una renovada juventud” (Christus vivit n. 160), y que lo que dice aplica en primera persona. ¡Cualquiera se atreve a decirme que ya no estoy para trotar! El médico me dijo que me cuide, que tenga prudencia, que aplique la mística del dejarse hacer… Pero veo el ejemplo del Papa y me motivo. ¡Él nos invita a no dejarnos robar nuestra propia juventud!

Siento fuerza en sus palabras. Siento que entiendo el verbo exhortar, que tantas veces me pareció excesivo para un documento. Siento que los jóvenes quizá lo entiendan y lo lean.

“Exhortar es gritar”. Y me he reencontrado con todos sus gritos a los jóvenes, desde el “¡Hagan lío!” hasta el “¡No balconeen su vida!” (n. 143); desde el “que la vida de ustedes no es un mientras tanto, sino un ahora de Dios”(n. 178) hasta “el darle juego a Jesús para que venza” (n. 155); desde “los ojos que ven porque las lágrimas los limpiaron” (n. 76) hasta “el gran sueño de Dios que es Jesús, que es una persona, que corre por nuestras venas, estremece el corazón y lo hace bailar” (n. 156).

Pero también he escuchado en la Exhortación los gritos de los jóvenes escuchados, pasados por la Palabra y rebotados a la juventud de todos. Los que van en contra de una iglesia clerical, que no escatiman la palabra “rabia” contra las traiciones de la Iglesia (n.96); los que se oponen a los adultos que se conformaron con llevarse bien con ellos sin ser referencia educativa (n. 80); los que se compadecen y se preocupan por el dolor sufrido del joven descartado, o los que trasforman su turismo social en compromiso de cambio y conversión de vida. He encontrado en la exhortación del Papa tantas cosas, pero sobre todo ese grito: “Christus vivit” (“¡Cristo vive!”), que es llamada de amistad y fraternidad para todo joven y no tan joven. Es la voz de Francisco, pero también la de los muchísimos jóvenes que han sido escuchados en el proceso sinodal que realiza la Iglesia. “Christus vivit” (exhortación proclamada en marzo 2019) es un bello documento para ti, joven, y para todo lo joven que hay en cualquier persona.