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¿Cómo ayudar a nuestros hijos a ser buenos líderes?

Autor: 
Silvia Del Valle
Fuente: 
LFC - Mx

El tema del liderazgo es algo polémico porque la mayoría lo aborda desde un aspecto negativo, tal vez porque involucra lo competitivo y sugiere hacer lo que sea necesario para ser el mejor en todo, sin importar a quién se deba hacer a un lado.

Sin embargo, el liderazgo también tiene un aspecto positivo, más humano y con valores. Por eso, en esta ocasión te dejo mis 5 tips para ayudar a nuestros hijos a ser buenos líderes.

1. Edúcalo en la obediencia

“Para poder mandar hay que saber obedecer”, por lo tanto, es necesario que nuestros hijos sepan obedecer, más por convicción que por obligación. Por ello es necesario que entiendan que lo que les pedimos es por su bien, para hacerlos mejores personas. 

Podemos lograrlo poco a poco y dándoles una pequeña explicación para que comprendan las órdenes que les damos; después, es necesario estar seguros de que les ha quedado clara la indicación.

2. Edúcalo en la humildad

Esta virtud es la base de todas las demás virtudes y, por lo mismo, es de vital importancia educar a nuestros hijos. La humildad les llevará a aceptar sus errores e identificar sus fortalezas.

La humildad, según Santa Teresa, “es andar en verdad”, es decir, es conocerse bien y saber los límites y fortalezas.

Al principio nuestros hijos no saben eso, pero debemos hacerles ver cada detalle para que aprendan a conocerse y así pongan al servicio de la familia y de la comunidad sus talentos, y además puedan trabajar en sus debilidades.

La humildad es la base de todas las virtudes, sólo así podrán ser buenos líderes, con los pies en la tierra y los ojos en el cielo.

3. Que sepa dominar su voluntad

Y esto no se aprende de la noche a la mañana. Es necesario hacer pequeños ejercicios de voluntad para lograrlo.

Es bueno comenzar desde pequeños, logrando que aprendan a esperar un poco para obtener lo que quieren; que puedan, por ejemplo, esperar hasta llegar a casa para comerse el dulce que se les antojó tanto, que esperen a que sea su cumpleaños para tener el juguete que tanto les gustó, etcétera.

Todo esto es un proceso y como tal tiene altibajos, pero debemos aplaudir los logros y apuntalar las caídas para ayudarles a levantarse e impulsarlos a seguir adelante. Todo y siempre con amor.

4. Que tenga pureza de intención

Para esto es necesario que tengan conciencia de que todo lo que deseamos y queremos debe estar ordenado al bien común y a la moral, de esta forma evitaremos que crezcan en nuestros hijos deseos impuros, ilícitos o que afecten el bienestar de los demás.

La pureza de intención consiste en desear sólo lo que hace bien y les hace bien. De esta forma buscarán los mejores medios para obtener el fin que buscan y estarán pendientes de que los resultados de sus acciones sean siempre adecuados y conforme a la moral y las buenas costumbres.

Y debemos comenzar a enseñarles esto desde pequeños, ya que la conciencia se forma poco a poco y mientras más temprano, mejor.

5. Que sea congruente

Un buen líder, un hombre o una mujer cabal, sabe que debe actuar bien en todo momento. Es decir, que debe actuar siempre como si mamá o papá lo estuvieran viendo. De tal forma que nadie le pueda reprochar nada.

Aquí aplica el dicho sobre evitar “ser candil de la calle y oscuridad de su casa”, y nosotros podemos enseñarles esto con nuestro ejemplo.

La congruencia es una virtud que se aprende del actuar de los que nos rodean, de mamá y papá. Por eso es necesario que si les decimos que no es bueno mentir, no los obliguemos a decir mentiras piadosas; que si les decimos que no es bueno robar, no los enseñemos a tomar lo que no es nuestro.

El ejemplo es contundente en este punto. Seamos hombres y mujeres íntegros para formar hijos coherentes y valientes, capaces de dar ejemplo de sus virtudes y de contagiar a otros con su testimonio.

Fuente: Revista “La Familia Cristiana” (México).