KÉNOSIS

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Consejos del Papa Francisco para no hablar mal de los demás

Autor: 
Papa Francisco
Fuente: 
Kénosis

El Papa Francisco ordenó que se regale a cada empleado de la Santa Sede un libro pequeño en el que hay consejos para evitar difundir chismes, rumores y habladurías, y que bien se puede difundir entre los católicos de todo el mundo. Por ello, a continuación se te propone una síntesis de dichas recomendaciones hechas por el Santo Padre:

¿Por qué hablamos mal de los demás?

– Porque no somos felices.

– Por falta de autoestima (y por la falta de Dios en nuestra vida).

– Por la ira interior.

– Para buscar estar en el centro de atención.

– Para manipular a los demás.

– Por envidia de los dones de los demás.

– Por ser esclavos de nuestras ideas.

– Para aumentar nuestra popularidad.

Pero recuerda:

Constituir un grupo aislando que rechace a las personas de la que se habla mal puede resultar peligroso. Porque chismorrear de los otros es ir contra la bendición del Cielo. Recuerda que el Señor nos ha creado a todos para bendecir, no para maldecir; para dialogar, no para echar en cara los defectos de los demás.

Cierto que hablar de los otros nos hace sentir “justos”, pero nos aleja del mandamiento del amor de Jesús que nos dice: «¡No juzgar para no ser juzgados!».

Consejos prácticos para no hablar mal de los demás:

1. Antes de juzgar, mirarse al espejo, y hacerse un examen de conciencia.

2. Hacer memoria de los propios pecados y del amor de Cristo que muere por nosotros en la Cruz.

3. Morderse la lengua (es decir, hacer el grande esfuerzo por evitar palabras que dañen a los demás).

4. Buscar el lado positivo de las personas y no el lado negativo.

5. Orar por la persona que es susceptible de calumnias.

6. Ser discretos en preservar los secretos de quienes nos los confían.

7. Ser testigos de luz, de alegría y de amor en la propia vida.

8. Preguntarnos a nosotros mismos qué hemos hecho por Cristo, y qué debemos hacer por Él.

9. Confesarse por los pecados de la “lengua” que destruyen la paz, la alegría y la unidad entre las personas.

10. Meditar la Palabra de Dios, que es una medicina para nuestras propias palabras.

11. Invocar a la Virgen María, modelo de silencio, para que nos ayude en este camino de crecimiento personal.

Nota: la información del presente texto tiene su origen en el sistema informativo “Aleteia”, pero fu publicado tal y como aparece aquí en el diario “El Observador”, con fecha del 30 de junio de 2019 (no. 1251).