KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

Creer sólo en Jesucristo

Autor: 
Francisco Margallo
Fuente: 
RD

La blanca cigüeña,

como un garabato,

tranquila y deforme,

¡tan disparatada!

sobre el campanario.

(Antonio Machado)

 

Creer sólo en Jesucristo

El "sí" de la fe se dirige a la persona de Jesús y a lo que Jesús es (el Cristo de Dios, al Redentor de la humanidad, el Señor de la historia, el Hijo de Dios).

Las palabras mismas de Jesús, en cuanto podamos llegar a ellas, reciben también el "sí" de la fe, porque son la manifestación inmediata de la persona de Jesús.

Aquí entra en juego una dialéctica entre actitud de fe y ciencia histórica crítica, que no podrá ser nunca resuelta.

Cuanto más ciertos podamos estar que determinadas palabras de los Evangelios son las palabras mismas de Jesús, más se concentrará en ellas un riguroso "sí" de fe.

Pero, en general, las palabras de la Escritura, particularmente el Nuevo Testamento, en conjunto, reciben el "sí" de mi fe, porque son mediación privilegiada de la fe pascual. Y nuestra fe es una participación de la fe pascual de los apóstoles y discípulos.

Sin embargo, el "sí" de fe a la Escritura no es comparable al "si" de fe a la persona de Jesús. La Escritura es mediación esencial, pero la fe "en" Jesús transciende la mediación para llegar en la revelación interior, a Jesús mismo, el Cristo.

Como dice Agustín, se cree a Pedro y a Pablo, pero no se cree en ellos, porque sólo se cree "en" Jesús.

Finalmente, a las enseñanzas ex cáthedra de los Concilios Ecuménicos y de los Papas, cuando no se limitan a repetir las palabras de la Escritura, sino que hacen interpretaciones extensivas, o dirimen cuestiones problemáticas de interpretación, ¿responde por mi parte un "sí" de fe propiamente dicho?

Quizá sea un "sí" vinculado a mi fe en Jesucristo y a la inclusión, en el contenido de mi fe en Jesucristo, del "misterio" de la Iglesia, misterio de contornos indefinibles, porque es esencialmente dialéctico: histórico-escatológico, sí-no, visible-invisible...

Pero este "sí" a las enseñanzas ex cathedra del magisterio de la Iglesia tal vez no sea para mí, en sentido propion un "sí" de fe, ni siquiera en el plano en que nuestro "sí" a los Evangelios es un "sí" de fe.

En todo caso, la última palabra sobre la realidad de mi fe no la puede decir mi autoconciencia. La dirá Jesús el día misterioso del encuentro.