KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

“El taxista y yo…”

Autor: 
Enrique Monasterio
Fuente: 
Pensar por libre

Ayer tuve una cita en una calle del centro de la ciudad, donde los automóviles normales tienen prohibido el acceso. Por ello dejé el mío en un parking y tomé un taxi aprovechando que la compañía “Free now” me concede un 25% de descuento hasta fin de mes.

El taxista estaba notoriamente enfadado. Nada más subir al coche, se desahogó conmigo poniendo de vuelta y media, por este orden, a los turistas borrachos, a los jóvenes que salen colocados de las discotecas, a los hinchas del Getafe, a los del Real Madrid, y a su cuñada María Luisa. Apenas se hubo calmado, la tomó conmigo:

—¡Que le voy a decir yo a usted, que no sepa! Seguro que oye muchos cuentos. Pero no se fíe. ¡Hay mucho hipócrita, padre! Y los curas se lo tragan todo. Mire, hace tres días se montó una señora mayor en el coche; parecía la mar de seria, pero la muy... vomitó el asiento del taxi por la borrachera que llevaba. 

El taxista habló y habló sin parar un instante hasta llegar a mi destino. Para entonces ya me había contado que él es “bastante católico”, que va a Misa siempre que puede, pero que no aguanta a los curas (“usted perdone, padre”) porque tienen ‘menuda cara dura’ y ‘sus rollos carecen de fundamento’; que se casó por la Iglesia con su primera mujer y que lo hará con la segunda si le dejan, porque ella dice que no es lo mismo ir al juzgado…

No pude responder a todas las cuestiones que me planteó, ya que debía abandonar el taxi sin detenerme porque estábamos en una calle estrecha y con mucho tráfico; pero él sí que tuvo tiempo para añadir:

—¡Usted sería buen taxista, porque sabe escuchar! Algunos compañeros hablan demasiado. Yo en cambio oigo, ¿sabe usted? Esto es como un confesonario.

De aquel momento hasta entonces me ha dado mucho qué pensar…

Fuente: Blogspot: “Pensar por libre” / Nota: el texto tiene algunas adaptaciones (en comparación con el original).