KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

Francisco le regala una rosa de oro a la Virgen de Fátima: "¡Salve, Madre de la Misericordia, Señora de la blanca túnica!"

Autor: 
José María Vidal
Fuente: 
http://www.periodistadigital.com/religion
El Papa Francisco en el Centenario de la Virgen de Fátima

Una rosa de oro y una preciosa oración en forma de poema. Son los dos regalos que el Papa Francisco ofreció esta tarde a la Virgen de Fátima. La rosa, que representa la alegría de la Iglesia militante y triunfante. Y la oración, del "peregrino de la esperanza y de la paz", a los pies de la "Señora de la bnlanca túnica", para pedirle que los católico seamos "la alegría del Evangelio" y "derribemos los muros y fronteras, para ir a las periferias". El helicóptero del Ejército depositó a Francisco en al estadio municipal de Fátima y, desde allí, a bordo del papamóvil hasta el santuario, donde le esperaba una auténtica marea humana. Unos hablan de medio millón. Otros, de más de un millón. Y eso que el momento álgido de la peregrinación se espera mañana, con la celebración del centenario de las apariciones. Banderas de todos los paises del mundo ondean al viento en la esplanada del santuario, mientras el speaker anima a la gente, con cantos y vivas a la Virgen y al Papa. "Sé bienvenido Papa Francisco, peregrino de esperanza y de paz" En la enorme esplanada del santuario no cabe un alfiler. Todo está a rebosar, excepto el pasillo central y los espacios de seguridad. Las campanas de la basílica tocan a gloria, señal de que el peregrino de Roma se encuentra cerca del santuario. Y, de pronto, asoma el papamovil blanco del Papa y se desata el clamor entre la gente. Satisfecho, el Papa sonríe, saluda y bendice sin prarar. Es el pueblo de María. El papamóvil se detiene al lado de la capilla de las apariciones. El Papa desciende y se acerca a la Virgen de Fátima, para depositar, a sus pies, un ramo de rosas blancas. Y se recoge en oración ante Nuestra Señora, que parece mirarlo complacida. Reza concentrado, con los ojos cerrados y la cabeza gacha. Quizás por lo que más desea: la paz del mundo. Y la gente se une a su oración, en un silencio orante y agradecido. Y, de pronto, levanta la cabeza y sigue rezando, mirándo a la Virgen. Y la gente sigue rezando con él. Un momento mágico. La oración del Papa se alarga. Y la gente lo sigue acompañando en el silencio orante. Algunso lloran de emoción. Parece que Francisco no se cansa de rezar. Por fin, se santigua y la gente explota en un aplauso emotivo, acompañado de vivas al Papa y a la Virgen. E inicia la oración en portugués. La oración-poema que dedica a la Virgen de Fátima, "Señora del corazón inmaculado", intercalada del estribillo de un canto a María.