KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

"Madres que esperan la vida"

Autor: 
Jacques Nieuviarts
Fuente: 
La Croix (ESP)

Una mujer vagaba por el desierto. Agotada y desesperada, se sentó a solas y lloró, con un grito que desgarró el espacio. Ha dejado a su hijo debajo de unas matas, porque se ha agotado el agua que había en el odre. Pero Dios oye "la voz del niño", dice la Biblia (Génesis 21).

Agar, la criada egipcia de Abrahán, concibió a Ismael porque Sara era estéril y el clan tenía que sobrevivir. Pero nació Isaac y Sara quiso perjudicar al pequeño. Sin embargo, Dios velará sobre los dos niños, porque prometió a Abrahán bendecir toda su descendencia.

Del Cántico de Ana al Magníficat

El tiempo ha pasado y he aquí a Ana, la esposa de Elcaná, que llora en el templo de Siló. ¿Le dará Dios un hijo? Ella se lo devolverá, el niño estará a su servicio. Y Samuel nació. Cuando lo hubo destetado, mantuvo su promesa. Su canto de gratitud, el Cántico de Ana, ha atravesado el tiempo (1 Samuel 2). Parece haber inspirado el Cántico de María, el Magnificat.

Jesús demostrará una gran sensibilidad hacia estas madres desamparadas: una cananea, que le pidió ayuda para su hija enferma (Mt 15, 21-28) y la viuda de Naín, cuyo hijo Jesús resucitará (Lc 7, 11-16), lo que significa que la vida viene de Dios.