KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

"Miedo a perder"

Autor: 
Antonio Ordóñez, sj
Fuente: 
Pastoral SJ

Hace unos días leí un artículo sobre una tesis doctoral de José Antonio Gómez, profesor de la universidad Carlos III de Madrid y me llamó la atención la siguiente afirmación: «...Compramos lotería por miedo a perder. No con la ilusión de que me toque, o de qué haría con el dinero. Sino por miedo a quedarme atrás».

La mayoría de las veces nos movemos y existimos porque no queremos movernos más lento que otros ni existir menos que otros. Y así todo en la vida. El miedo a perder nace de la comparación. No puede ser que le toque la lotería a mis compañeros de la oficina y a mí no. Así que habrá que comprar. No puede ser que todos mis amigos estudien carreras con alta consideración social y yo, en cambio, siga mi vocación profesional. Así que hago una carrera por necesidad de lograr puestos… sin vocación. No puede ser que todos tengan pareja y una vida feliz. Así que me cuelgo de alguien para no padecer la soledad, para no romper las expectativas de los demás.

Odiamos perder. Rechazamos el ser los últimos.

Y me pregunto: “Si dejo de temer perder, si dejo de considerar que mi vida sea siempre compararme con lo que otros piensen, otros digan, otros tengan… ¿puedo ser profundamente feliz?”

¿Deciden los demás con sus posesiones, sus pensamientos, sus ganancias mi propia felicidad? Creo sinceramente que nuestra felicidad nos la jugamos en saber dónde está nuestro corazón y no el de los demás. La relación con los otros va a depender de la capacidad de amor que tengo y de la capacidad de amor que los demás tengan conmigo. Y ahora escucha una canción. Se titula “With a Little Help from my friends”. La voz rota del gran Joe Cocker, en una versión del tema que cantaba Ringo en el disco de los Beatles “Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band”, de 1967, hace ahora 40 años. Es una canción que me recuerda que perder no está tan mal. Puede, incluso, que perder te ayude a crecer, a ser coherente con la vida, a no temer a la muerte. Perder es la condición de posibilidad para seguir creciendo. Perder es reconocer que necesitas a los otros no por lo que tienen, sino porque te pueden amar. Y tú a ellos.