KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

Se llamaba Nicodemo, y quería ver a Jesús

Autor: 
Enrique Monasterio
Fuente: 
Pensar por libre

Era noche cerrada. Sólo el tenue resplandor de las antorchas iluminaba la calzada romana. El búho ya había salido de caza cuando vio a aquel anciano que caminaba torpemente. Le acompañaban dos criados, y su báculo, de madera noble, sugería que se trataba de alguien importante; tal vez un rabí, un doctor de la ley o un miembro del Sanedrín.

Se llamaba Nicodemo y quería ver a Jesús.

*     *     * 

—No deberías ir —le había aconsejado dos días antes su amigo Anás—. Es sólo un charlatán de Galilea. Otro más. Y ya sabes lo que eso significa. Te has ganado el respeto y la admiración de todo Jerusalén. ¿Quieres echarlo a perder sólo por satisfacer una curiosidad?

Pero al fin Nicodemo decidió acudir de noche. Nadie se enteraría; necesitaba ver de cerca al Nazareno, escucharle y hablar a solas con Él. Tal vez Jesús le ayudaría a recuperar la paz de espíritu, y quizá encendería de nuevo la llama de fe que con el paso de los años parecía casi apagada, tentada por el escepticismo y la desconfianza en Dios.

Caminaba en silencio. Y se preguntaba: “El Nazareno pensará que soy cobarde por ir a verle a estas hora, emboscado en las tinieblas…” Pero descubrió algo sorprendente: Jesús no le hizo ningún reproche. Al contrario, le recibió sonriente y le dijo que, si quería, podía “volver a nacer”.

— “¿Volver a nacer?” ¿Cómo es eso? ¿Volver al seno de mi madre…?

El búho, que fue testigo de aquel largo coloquio, vio salir de madrugada a Nicodemo con el rostro resplandeciente, corriendo a su casa como un chiquillo.

Aquel anciano fue el primero. Desde entonces miles de personas vuelven a casa de noche para ver a Jesús. Algunos son jóvenes, incluso adolescentes; pero hay también ancianos; hombres y mujeres. La mayor parte han sido discípulos suyos en otro tiempo y se alejaron del Señor quién sabe por qué. Quizá negaron conocerle e incluso alardearon de su falta de fe. Tal vez se enfangaron buscando en la basura algo de la alegría perdida. Pero, al paso de los años, llegan a comprenden que necesitan volver a casa, volver con Jesús… quien recibe a todos con un abrazo, ya sea a la luz del día o en las sombras de la noche.

 

Título original: “Era de noche” (tomado del blog: “Pensar por libre”)