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“Una cierta independencia”: la clave de una relación satisfactoria en la pareja

Autor: 
Redacción
Fuente: 
La Familia Cristiana - Mx

Todos aquellos que disfrutan una relación de pareja satisfactoria desean y esperan que su cónyuge les considere “en primer lugar”. Pero el hecho de que él o ella sea lo más importante, no excluye que cada miembro tenga unos intereses ajenos a la propia relación. Pasada la “etapa inicial de idilio”, en la que todo tiende a girar en torno a ambos, lo habitual es que se redescubra que el resto del universo existe. La postura de cada uno respecto al trabajo, los amigos, la diversión, etc., no siempre tiene por qué coincidir, ni tampoco las necesidades particulares en momentos de soledad o introversión.

Algunas personas interpretan esa “independencia” como desamor o falta de interés hacia su persona. Otras creen que dar libertad conduce, inexorablemente, al alejamiento o, incluso, a la separación. Tanto unas como otras se equivocan al pensar así. Sin llegar a posturas extremas, un poco de independencia es necesaria para la buena salud de la relación. Una pareja no deja de estar constituida por dos personas, y de la misma forma que la relación necesita una renovación constante para no caer en la rutina y el aburrimiento, cada uno de sus miembros también requiere de la renovación personal.

Disponer de ese terreno propio no significa, ni mucho menos, que se esté insatisfecho con el otro o que algo vaya mal entre ambos. Es más, anular la propia personalidad en aras del ser querido –ya sea de forma voluntaria o porque se lo pidan–, dejando en el “desván” gustos, inquietudes y deseos, entraña un riesgo que puede llegar a ser demasiado alto: más pronto o más tarde provocará una insatisfacción personal y ésta afectará la propia relación, puesto que resulta poco menos que imposible que alguien que se siente “asfixiado” o infeliz sea capaz de dar felicidad.

La “adicción” a una persona no es, por tanto, nada aconsejable. E igualmente negativo y contraproducente es exigir atención exclusiva. Cada miembro de la pareja necesita crecer individualmente y hallar cierto equilibrio entre el tiempo que necesita para sí mismo y el tiempo de los dos. Hablar de esa necesidad, de una forma clara y sincera, tratando de adaptarse y respetando la individualidad de cada uno, es un ejercicio saludable para la buena marcha de la relación.

La satisfacción que proporciona saber que la persona querida acepta y apoya este crecimiento individual hará, además, que cada miembro se sienta con más fuerzas para afrontar otros aspectos de la vida. Y, a la vez, sus logros en esos terrenos –relaciones de amistad, familiares, éxitos profesionales, etc.– pueden repercutir muy favorablemente en su vida de pareja. De esta forma, aunque pueda parecer paradójico, interesarse por esos aspectos propios no sólo favorece la relación en pareja, sino que la enriquece con nuevas experiencias que fortalecen sus propias bases. Independencia e intimidad no son, por tanto, sinónimo de abandono. Es una forma de encontrarse bien con uno mismo y de que todo vaya mejor entre los dos.