KÉNOSIS

Portal del Padre Rafa

Una piraña en mi sopa

Autor: 
José González Torices
Fuente: 
LFC México

Las pirañas son malísimas. Son peces de lo más malo. Yo vi una película de pirañas y... tienen los dientes finísimos, como las cuchillas de afeitar de mi padre. Las mujeres indias las usaban para cortarse el pelo. Sólo con pensar en las pirañas se me pone la carne de gallina. Ayer, sin ir más allá, soñé que siete mil setecientas setenta y siete pirañas me perseguían por la calle cuando yo iba a la escuela. Me desperté sudando y encontré a “Goto”, el perro, lamiéndome la cara. Era la hora del desayuno. 

—¿Esta es una piraña, madre? —No, hijo. Es una sardina, una sardina vulgar y corriente, de las que venden en el mercado —me dijo regañándome.

—¿La puedo comer? —insisto. —¿Eres bobo? —me gritó mi madre.

Y es que cada vez que fríe mi madre el pescado pienso que está metiendo en la sartén una piraña.

Pero aquello sí que era una piraña. Estaba seguro. Segurísimo. Una piraña en mi sopa.

—Madre, hay una piraña en mi sopa —grité. —Bobadas.

—Está panza arriba —dije.

—Bobadas, bobadas —contestó mi madre desde el jardín.

—Abre la boca, madre.

—Bobadas, bobadas, bobadas, bobadas.

—Fui corriendo al jardín en busca de mi madre. Mi madre venía de cortar unas flores y me siguió a la cocina.

—La piraña está en mi sopa dije.

—Los dos miramos, pero ya había desaparecido del plato.

 —¿Dónde está? —preguntó mi madre.

Yo juraría que...

Y fue entonces cuando vi a “Droque”, el gato, jugando con la piraña. ¡Era una piraña de plástico! Mi hermana Isabel me había querido asustar. Cuando la coja le corto la coleta. Jurado.

Nota sobre las pirañas: son peces de cuerpo aplastado muy alto que pueden pesar más de un kilogramo. Sus dientes son triangulares, como los de una sierra. Cuando una piraña muerde se retuerce sobre sí misma, desgarrando el bocado mordido. No hay pirañas en el mar. Estos peces se encuentran en América del Sur, en los ríos, en las lagunas y en las charcas que van quedando después de las lluvias.