KÉNOSIS

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“A vino nuevo, odres nuevos” (Mt 9,17)

Autor: 
Mons. Víctor M. Fernández
Fuente: 
Kénosis

Presta atención a esto: cada vez que quieras empezar una etapa nueva en tu vida, no quieras hacerlo con tus pensamientos y tus costumbres de siempre. Las cosas nuevas requieren pensamientos nuevos y acciones nuevas. Jesús dijo: “A vino nuevo, odres nuevos” (Mt 9,17). ¿A qué se refería? En aquellos tiempos se usaban unos odres de cuero para guardar el vino, pero si el vino se guardaba en los odres ya viejos, se arruinaba y los odres se partían. El vino recién hecho tenía que guardarse, necesariamente, en odres nuevos… Porque todo cambio exige novedad. Y si no cambias caerás en el círculo vicioso de repetir lo de siempre. Por ejemplo, a un hijo no lo puedes tratar como cuando era niño. O si ya han pasado diez años de tu matrimonio, tendrás que encontrar siempre una novedad para fortalecer la relación de pareja. Porque no todo puede permanecer como era en los comienzos. El amor, por cierto, también crece, madura, se embellece, nunca se queda anclado en el pasado, ya que el amor viene del Espíritu, y el Espíritu es vida, es dinamismo… Por eso, cada vez que empieces algo nuevo, no puedes querer hacer todo igual. Para atraer la novedad debes tú también cambiar. ¡Eso es conversión! ¡Esa es la ley de la vida!