KÉNOSIS

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“Yo soy la persona que ella abortó, viví en vez de morir” Gianna Jessen

Autor: 
Laura Morataya
Fuente: 
CCA

“Mi nombre es Gianna Jessen. Soy adoptada y sufro de Palasia Cerebral. Mi madre biológica decidió abortarme. Yo soy la persona que ella aborto. Viví en vez de morir”

Antes de contarte una historia maravillosa que parte de un hecho repulsivo, pero real; quiero aclararte lo siguiente:

Aborto por inyección salina (def.) es un tipo de aborto que se realiza desde el tercer al quinto mes de embarazo. La solución salina se inyecta en el líquido amniótico, a través del abdomen de la madre. Provoca contracciones parecidas a las del parto, y con un intervalo de uno o dos días tras la inyección, el bebé y la placenta suelen ser expulsados al exterior. La solución irritante introducida previamente envenena al bebé, produciéndole además extensas quemaduras.

La historia de vida de Gianna Jessen, una activista cristiana provida nacida en Estados Unidos, no solo se ha convertido en una historia de sobrevivencia, sino más bien en una prueba viviente de la existencia de una persona humana en el vientre materno y por supuesto, una demostración de la misericordia de Dios.

En el sin fin de conferencias que Jessen ha brindado alrededor del mundo menciona una y otra vez que no se considera “un producto secundario de la fecundación, un montón de células, o ninguno de los títulos dados a los niños antes de nacer”. Todos estos eufemismos buscan disfrazar la realidad de que dentro del vientre de cualquier madre, existe una vida humana, una persona, alguien con la misma dignidad que el resto de nosotros.

A los diecisiete años y con siete meses de embarazo, Tina, la madre de Jessen acudió a una clínica de “Planned Parenthood”, a abortar mediante la inyección de solución salina. Como leíste antes, esta solución se inyecta en el vientre de la madre y el bebé traga la solución que le quema por dentro y por fuera.

Pero, ¿qué fue lo que cambió? ¿Por qué nació Jessen? Gianna lo explica de la siguiente manera:

“Afortunadamente para mí, el médico abortista no estaba en la clínica al yo nacer a las 6:00 AM del 6 de Abril de 1977. Me apresuré; no esperaban mi aborto hasta las 9 AM, cuando el abortista llegaba a su oficina. Estoy segura que si él hubiera estado allí, yo no estaría aquí hoy, ya que su trabajo es terminar la vida, no sostenerla. Hay quien dice que soy un “aborto fracasado“, el resultado de un trabajo mal hecho.”

Aunque para los médicos y demás personal de la clínica abortista, Jessen sea producto de un trabajo mal hecho; para ella, solamente es el inicio de los planes de Dios con su vida. Para nosotros tampoco puede resultar una coincidencia o un hecho aislado. Al contrario, el nacimiento de Gianna es un argumento vivo que quiebra todas las posturas abortistas que se manejan hasta hoy.

Su archivo clínico dice: Nacida durante el aborto salino. Para Gianna, un milagro.

“Debería de estar muerta pero no lo estoy. He sido odiada por muchos desde mi concepción y he sido amada por muchos, pero he sido amada especialmente por Dios, soy su hija. Mi única intención al venir aquí es hacer sonreír a Dios.”

Jessen fue adoptada, pesaba solamente tres libras y el diagnóstico de los médicos no era favorable. El poder de la oración y la dedicación de su madre adoptiva rindieron frutos. A pesar de la parálisis cerebral, provocada directamente por la falta de oxígeno en el cerebro cuando trataba de sobrevivir al aborto, Gianna aprendió a sentarse, gatear y pararse, consecutivamente.

Podrías preguntarte en este momento: ¿y qué pasó con Tina, su madre biológica? Esto podrá contestar tu pregunta:

“He conocido a mi madre biológica. La he perdonado porque soy cristiana. Vino a uno de mis eventos en el año 2006. Apareció sin anunciarse y dijo: ¡Hola soy tu madre! Fue un día muy difícil”

El testimonio de perdón que Gianna pregona en cada conferencia es impresionante. Su historia sirvió de inspiración para la exitosa película October Baby y sus conferencias ayudan a abrirle los ojos a miles de adolescentes que están viviendo una situación similar a la de su madre biológica. La mejor forma que tiene para enseñarnos a defender la vida es su propia vida. Y la concepción de que ésta siempre seguirá siendo un regalo.

Artículo escrito por Laura Morataya, colaboradora y católica con acción. Publicado originalmente en catolicosconacción.com 

Conoce más sobre su testimonio de vida: